solsticio de verano

solsticio de verano

jueves, 28 de enero de 2010

VIGÉSIMO SEXTO CAPÍTULO

CAPÍTULO 26. UN SUSTO.



Al oír el grito lo único que se me ocurrió fue salir corriendo en dirección a la playa, asustada.
Gabriel me había seguido y ahora estaba cogiendo la moto de agua.

- Quédate aquí, les traeré a todos.- me dijo, arrancó la moto y se fue hacia donde se oían los gritos de Ali.

Me senté en la orilla del mar, sobre la arena mojada. Tenía mucho miedo por si había pasado algo, no me lo perdonaría por nada del mundo. Ali era muy importante para mí, era como mi prima.

El tiempo pasó muy lento, los treinta minutos se me hicieron eternos.

En ese momento me sonó el móvil, era un mensaje de Dani.

“ Auro mi sensible preferida ¿dónde te metes? Llevo tres días esperando un mensaje tuyo. Espero que todo vaya bien y que no hayas perdido tu sonrisa en ningún momento. Te echo de menos loquilla! Un beso y contesta!
Sino pensaré que te ha pasado algo. TeQ!”

No me había acordado de enviarle un mensaje, que tonta era. Él ya estaba preocupado, normal, yo también me preocuparía por él en su lugar.
Tenía ganas de hablar con él, de saber que tal lo estaba pasando, de oír su voz. Así al menos me aliviaría, aunque solo fuese un poco de toda la angustia que tenía en esos momentos.
Decidí, después de pensarlo unos segundos llamarle, lo necesitaba.
Marqué su móvil, me lo sabía de memoria, no hacía falta ni que mirase la agenda.

- ¿Si?- se oyó al otro lado.
- ¡Dani!-no pude evitar sonreír al oír su voz
- ¿Auro?- parecía sorprendido.
- La misma. Ves, no me ha pasado nada, estoy mas o menos bien.- dije, la preocupación volvía.
- ¿Qué te pasa? ¿A quién tengo que ir a pegar?
- A nadie, es por una amiga. Han pasado tantas cosas buenas estos días. Y justo llega uno de los mejores días y pasa algo malo.
- ¿Me lo quieres contar o mejor no?
- Si, necesito desahogarme.
- Cuenta.

Le conté todo lo que pasó en el campamento, lo de Gabriel, lo de mis amigas, mis nuevos amigos y por último lo de nuestro día libre que estaba terminando de la peor manera.
Me entendió a la perfección, como hacía siempre, me habló en un tono tranquilizador que me hizo sentirme algo mejor, le necesitaba a mi lado.

Dani iba a contarme lo que había hecho él, pero justo cuando empezó a hablar vi como aparecían Gabriel con Ali en brazos, ella parecía dormida, tan pálida y guapa como siempre. Colgué a Dani después de un rápido adiós y fui corriendo a la orilla del mar, donde llegarían en escasos segundos los demás.

Gabriel dejó a Ali en la arena, yo cogí su cabeza y la coloqué entre mis piernas, sentándome con ella.
Detrás de Gabriel aparecieron los demás, Bea y Lore estaban llorando, arropadas por sus respectivos novios, yo no sabía lo que pasaba.

Andrés se abrió paso entre todos y empezó a darle golpes en el pecho a Ali, con fuerza, como un socorrista a alguien que se estuviese ahogando.
No, no podía ser, Ali no se podía estar ahogando.
Solo de pensarlo me puse a llorar, Gabriel me abrazó por detrás, susurrándome al oído palabras tranquilizadoras que no me servían de nada.

Después de varios golpes en el pecho de Ali, Andrés la abrió la boca y la tapó la nariz. La estaba haciendo el boca a boca, si yo no estuviese tan mal en ese momento habría pensado que ese era un beso entre dos personas que estaban hechas para estar juntos.

Ali por fin reaccionó, escupió un poco de agua y se incorporó, aún aturdida.
Todo había quedado en un susto, pero incluso sabiendo que Ali ya estaba bien, no podía dejar de llorar, no sabía el por qué.

Después de que Ali ya se hubiese recuperado del todo, Andrés se ofreció a llevarla en brazos hasta el autobús, no quería que anduviera mucho, porque podía volver a desmayarse.

En el camino de vuelta, Gabriel me explicó lo ocurrido.
Todo había sucedido porque Ali le había dicho a Andrés que parase, él paró, pero justo en ese momento una ola bastante grande venía, y se llevó por delante a Ali.

Me acurruqué en los brazos de Gabriel y cerré los ojos, necesitaba relajarme, había vivido demasiadas cosas y había sentido demasiadas sensaciones fuertes en menos de 24 horas y eso no era del todo bueno.

Al llegar al hotel, Ali no quiso que le contáramos nada a los monitores, así que Andrés y ella se subieron a la habitación, Ali necesitaba descansar, había sido un buen susto el que todos nos habíamos llevado, sobretodo ella.

Nosotros, las tres parejas, fuimos a cenar, nadie habló mucho, todos seguíamos preocupados por Ali, aunque sabíamos que estaba en buenas manos.

2 comentarios: