solsticio de verano

solsticio de verano

domingo, 10 de enero de 2010

SEGUNDO CAPÍTULO

CAPÍTULO 2. LA ÚLTIMA QUEDADA.


Cogí el autobús gracias a la carrera que acababa de pegarme, no podía perderlo o llegaría tarde, y eso es algo que no iba conmigo.
Llegué al parque donde habíamos quedado y estaba Talía y Cata, las Miri llegarían en cualquier momento.
Sonó mi móvil, un mensaje, era de Rosalía.
“ Auro, no voy a poder ir al bote, mi hermana se acaba de hacer un esguince y tengo que ir con ella al hospital, pasarlo bien. No me echéis mucho de menos. Te quiero payasa. Besos para todas. Rosa.”

Bueno, una que no venía, era una pena, yo quería que mi payasita estuviera allí con nosotras, me lo pasaba tan bien con ella.
Rosalía era una chica tímida y se relacionaba poco, pero era un cielo de persona y muy divertida también. Aún recuerdo las risas en mi casa o en la suya. No la dejaban salir a muchos sitios, sus padres estaban separados como los míos, y compartíamos libros.

Las Miri aparecieron juntas, ya estábamos todas, ahora teníamos que ir donde habíamos quedado con los chicos. Todas estábamos impacientes.
Andamos hasta el Opencor donde dijimos de vernos, y allí estaban, no faltaba ninguno, es más, uno de ellos no debería estar allí, o eso creía.

Al acercarnos, el primero que vino a saludarnos fue Sergio, el chico del que estaba enamorada Miri. Sergio era un chico muy guapo, divertido y sobretodo simpático, le gustaba mucho relacionarse con la gente y debido a eso tenía muchos amigos y amigas.
Detrás de Sergio estaba Miguel, el chico que le gustaba a Cata. Miguel era más callado que Sergio, por ello siempre o casi siempre estaba a su sombra, pero era muy agradable estar en su compañía.
Jose, el novio de la otra Miri, ya había ido a su encuentro y en esos momentos estaban compartiendo saliva. De Jose no hay mucho que decir, no le conocía suficiente como para poder definirle.
Al lado de Miguel esperaba Jaime, el chico de mi clase que tan loca me tenía, solo mirarle a los ojos y me sentía mejor. Jaime era amigo de Sergio y de Miguel, se llevaba genial con ambos.
Al ver a Jaime sonreí con la más amplia de mis sonrisas, y la mantuve hasta que vi quien era el quinto y el que no sabría que estaría ahí, Dani.
¿Por qué todo me tenía que pasar a mí? No tenía ninguna gana de que él estuviese, sabía que podía ser una posibilidad, puesto que es el amigo de los demás exceptuando a Jose, pero no le quería ver.
No le dirigí ni la mirada y el tampoco se molestó en hablarme, fue al único que no saludé con dos besos.
Empezamos a andar hacia el parque donde haríamos el botellón, yo como de costumbre no bebería, me había comprado mi botella de coca cola zero y unos 3D, con eso tendría suficiente.
Al llegar allí empezaron a beber. Miri y su novio, Jose cogieron una botella y se apartaron del resto, como de costumbre, decían que necesitaban intimidad.
Las demás nos quedamos allí con los chicos y estuvimos hablando con ellos. Yo no estaba a gusto con Dani era como si estuviese cerca y lejos a la vez, una sensación un tanto extraña. Jaime notó como me sentía y me llevó con él a otro lugar, cerca del parque.

- ¿Cómo estas Aurora?
- Pues bien, ¿y tú?
- Muy bien. Te he notado algo rara cuando estábamos con todos,¿te pasaba algo?
- Sí, bueno no, tonterías mías.
- No quieres hablar del tema ¿verdad?
- Verdad, no me apetece ahora.

Después de esa pequeña conversación seguimos hablando, de un poco todo, música, televisión, deportes, estábamos ambos muy a gusto hasta apareció Dani. Iba medio borracho, y yo estaba muy cabreada.

- ¿Vosotros qué hacéis aquí?
- Hablar.- dijo Jaime calmado.
- Espero que solo sea eso, si no estaríais cometiendo un grave error.
- Un error, ¿por qué?.-me limité a decirle sin mirarle a la cara.
- No podéis besaros, no podéis.
- ¡Déjanos en paz!- grité.

Mis amigas habían oído mi grito, ya todas estaban ahí, con cara de preocupación.

- Aurora, ¿ qué ha pasado?
- Que Dani no hace más que molestar, ¡que me tiene harta!
- Primero de todo cálmate, por favor.
- No puedo, he llegado a mi límite.

Tras decir eso me puse a llorar, no podía aguantar más, todo me estaba matando por dentro, tanto dolor, tanta agonía por Dani, no lo soportaba.

- Creo que deberíais hablar, lo necesitáis los dos.- comentó Talía.
Y después todos se fueron, dejándome sola con Dani.

2 comentarios: