solsticio de verano

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lunes, 11 de enero de 2010

QUINTO CAPÍTULO

CAPÍTULO 5. EL CHICO MISTERIOSO.


A las 12 mi prima me despertó, casi a voces.

- ¡Aurora! ¡Que llegamos tarde a ver nuestra serie!
- Voy, dame cinco minutitos más..-dije bostezando y dándome la vuelta.
- Pues te perderás “Un amor de locos” y al prota macizo de Lucas.
- ¿He oído macizo y Lucas?- casi grité saltando de un salto de la cama- No me lo perdería por nada del mundo.

A las 12 empezaba nuestra serie favorita, “Un amor de loco” y yo estaba enamorada del protagonista, Lucas, porque cantaba, tocaba la guitarra, tenía moto y encima estaba buenísimo.
Bajamos prácticamente corriendo a la cocina, nuestra abuela nos había preparado ya la leche, para mí fría y para Nieves templada, nos cogimos los cereales de nestle y nos fuimos al comedor. La televisión ya estaba encendida, mi abuelo nos había puesto el canal donde echaban la serie. Nos sentamos, cada una en su sitio de siempre y empezamos a desayunar mientras disfrutábamos del cuerpazo de Lucas.
Al terminar el desayuno y de ver la serie, subimos a vestirnos, entonces me di cuenta de que tenía que contarle a mi prima mi sueño, parecía tan real.

- Nieves, he tenido un sueño muy real.
- A ver, cuenta.
- Pues he soñado que estaba en la terraza y veía otra vez al chico con el que tanto sueño, pero iba en una moto y entraba a casa de doña Carmen.
- Que raro..el caso es que he oído una moto esta mañana.
- ¿A si? Pues alo mejor no ha sido un sueño..- comenté algo confusa.
- Bueno, vamos a coger las bicis y a dar una vuelta, necesitamos ejercicio.
- Tienes razón, ya sabremos algo sobre ese sueño o no sueño.

Salimos ya vestidas de nuestra “casa” después de haber hecho las camas. Fuimos al garaje y sacamos las bicis, la mía la azul y la de Nieves la verde. Dimos una vuelta por el pueblo, las calles estaban desiertas, la gente estaría en la piscina, haciendo la comida o en el campo. Llegamos a la plaza, en el centro del pueblo y vimos unos tablones, entonces se me ocurrió la brillante idea de saltar las rocas grandes con los tablones.
Primero saltó Nieves, se le daba muy bien y la saltó sin ningún problema, luego me tocaba a mi. Nos gustaba mucho hacer piruetas con la bicicleta, el caballito, ponernos de pie, pero lo que más sin duda, saltar obstáculos.
Cuando fui a saltar, subiendo por el tablón, el tablón se partió y yo terminé en el suelo inconsciente. Lo último que oí fue a mi prima gritar y el sonido de su bici alejándose.

- ¿Estas bien? Por favor contesta, di algo.-jamás había oído esa voz, pero me reconfortaba.

Abrí poco a poco los ojos y ahí estaba, delante de mí, el chico que había visto en la terraza, el chico de mis sueños.

- Eh..¿Qué me ha pasado?-dije algo atontada.
- Pues no te he visto mucho, cuando he llegado estabas ya en el suelo, pero supongo que te has caído de la bici en un intento de suicidio.-contestó a mi pregunta sonriéndome.
- Oh, ya me acuerdo. Dios que dolor de cabeza.-hablé tocándome la cabeza.
- Creo que te has golpeado bastante fuerte, has perdido el conocimiento.
- Si, eso parece.- él me tendió la mano y me levanté como pude, sin salir aún de mi asombro, era guapísimo.
- Bueno, te pondrás bien, estoy seguro.-sonrió.
- Si, espero, muchas gracias. Y no te preocupes no era un intento de suicidio, lo hago casi todas las mañanas.-reí.
- No me lo esperaba de ti, Aurora.

Me quedé quieta, ¿cómo sabía mi nombre? ¿por qué no sabía yo el suyo? Estaba confusa, alo mejor estaba alucinando, pero no, jamás le había visto, solamente en mis sueños.

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