solsticio de verano

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martes, 12 de enero de 2010

DÉCIMO CAPÍTULO

CAPÍTULO 10. LA MEJOR COMPAÑÍA.


Se dio la vuelta cuando me oyó, estaba sonriendo, como desde que le conocía, no había parado de sonreír.
Me acerqué a él, subiendo las escaleras. Me quedé justo en frente suya, mirándole, como una autentica boba.
No me había fijado en sus preciosos ojos verdes hasta ese momento, me cautivaban, prácticamente me hipnotizaban.
Y su sonrisa no se quedaba atrás, era tan perfecta como él, normal que me estuviese empezando a enamorar, pensé. Pensé de nuevo en lo que acababa de pasar por mi mente, ¿me estaba enamorando de Gabriel?.

- Hola Aurora, ¿cómo estas hoy? ¿se te pasó el dolor de cabeza?
- Hola Gabriel. Pues bastante bien la verdad, y no ya no me duele la cabeza, la aspirina me curó el dolor en nada.-reí.
- Me alegra que ya estés bien, ¿sabes? Me encanta este lugar, y más si tú estas en él.-dijo dirigiéndome de nuevo otra de sus sonrisas.
- ¿Eso es un piropo?- reí de nuevo- A mí también me encanta este lugar, es mi sitio preferido del pueblo.
- ¿Si? No lo sabía, lo prometo. Mis contactos no llegan a tanto.-rió esta vez él.
- Pues ya lo sabes.-sonreí- ¿por qué te gusta a ti?- me animé a preguntarle.
- La verdad no sé decirlo con palabras, pero me transmite paz, y eso es algo que me encanta.-contestó mirando de nuevo el agua y sonriendo a su vez.- ¿y a ti?
- Pues si te digo la verdad, me gusta porque es un sitio tranquilo, rodeado únicamente por la naturaleza, apartado de lo demás, es como mágico y especial.-sonreí, estaba segura de mí misma en ese momento, solo tenía que decir lo que sentía, nada más.
- Es muy bonito lo que dices, Aurora.
- Digo solamente lo que siento.-le miré a esos ojos verdes y sonreí.

Se acercó a mí, más de lo que yo me esperaba, sentía el calor que desprendía su cuerpo, olía su perfume, con él tan cerca me sentía protegida.
Me miró a los ojos y sonrió, entonces hizo algo que yo no me esperaba, me besó en la mejilla. Yo me sonrojé un poco, pero lo suficiente como para que él se diese cuenta y sonriese aún más.

- Me encanta como eres, como piensas, como actúas. Mi tía se quedó corta al describirte.
- ¿quieres que me ponga más roja aún de lo que estoy?- reí.
- Bueno, estas guapa de todas maneras.
- Al final lo vas a conseguir..
- Anda, vamos, es hora de comer y nos estarán esperando en nuestras casas.
- Si, tienes razón, pero antes una cosa. Hoy vuelvo a Madrid, mañana salgo de campamento y no volveré hasta el 17 de julio, ¿estarás?
- ¿te vas de campamento? Yo también, soy monitor, me voy de prueba. Y volveré el 16 aquí, supongo, por tanto estaré cuando regreses.-sonrió de nuevo.¿cómo podía ser tan guapo?, pensé.
- Te doy mi número por si acaso.-saqué mi móvil- y dame tú el tuyo, no me gustaría perder el contacto contigo.
- Si, claro.

Ambos nos dimos el número de móvil y nos sonreímos de nuevo, ninguno de los dos se cansaba de sonreír.
Me cogió de la mano, y aunque estaba algo sorprendida, no le solté. Paseamos por el camino, entre los árboles. Vimos una flor preciosa, una lila, el la cortó y me la puso en el pelo. Era todo mágico, como el puente sur, y sentía un cosquilleo en mi estómago. Ya tenía la respuesta a la pregunta que tanto me hacía a mí misma. Estaba enamorándome.

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