solsticio de verano

solsticio de verano

martes, 9 de febrero de 2010

TRIGÉSIMO QUINTO CAPÍTULO

CAPÍTULO 35. CASUALIDADES


Nos bajamos del autocar, por fin habíamos llegado a nuestro destino, mi estómago no aguantaría mucho más.

Nos despedimos, mejor dicho me despedí de todos, nuestros padres no estaban, ya les veríamos por la noche y las parejitas se iban a pasar un tiempo juntos.

Yo había quedado con Dani en la salida del metro así que me dirigí a la boca más cercana.

Entré con mi enorme maleta como pude al vagón. Había un sitio libre, prácticamente fui corriendo para sentarme, cuando alguien se me adelantó, era un chico rubio, muy guapo, me sonaba bastante. Llevaba unas raybans puestas, por eso no le reconocí hasta que no me puse enfrente suya, no me lo podía creer, otra casualidad de la vida, era Fer.

- ¡Aurora!- dijo él igual de asombrado que yo.
- No me lo puedo creer..- sonreí.- ¿Qué haces aquí Fer?
- Pues voy rumbo a mi casa, no te lo dije, pero yo también soy de aquí, madrileño de pura cepa.
- Pues me lo podías haber dicho, bueno ¿cuándo volviste de Almería?- reí aún incrédula.
- Pues ayer, y tú por lo que veo acabas de llegar- me sonrió.- Anda siéntate, debes estar cansadísima de llevar esa pesada maleta.
- Muchas gracias- sonreí, Fer era todo un caballero.
- No tienes por qué dármelas, solo me debes un favor.
- Claro, tenía trampa el dejar el sitito a una señorita ¿no?- intenté parecer enfadada.
- Nada en esta vida es gratis- sonrió.- además no te voy a pedir mucho, tan solo una cosa.
- A ver, dime.- me quedé mirándole, tenía unos ojos azules cielo que hipnotizaban a cualquiera y su pelo rubio era totalmente perfecto, me quedé embobada mirándole.
- Pues, ¿te gustaría dar un paseo por el centro de Madrid conmigo?- me sonrió con una sonrisa muy dulce y sexy a le vez, no podía decir que no a semejante propuesta.
- Claro que sí, pero hay un pequeño inconveniente, llevo una maleta que pesa más o menos 14 kilos.- me reí y él también.
- No te preocupes por eso, si quieres te llevo a casa la dejas y nos vamos a dar un paseo. Ten en cuenta que me debes un favor y estoy siendo muy bueno.- sonrió.
- Me parece bien, pero ¿cómo piensas llevarme a mi casa? Es una tontería ir a mi casa en metro para luego volver a cogerlo.
- No te preocupes, en dos paradas cogemos un bus.- se rió, prácticamente a carcajadas y yo le dí una colleja algo floja.
- Que sepas que si lo hago es porque te debo un favor.

Ambos reímos y hablamos hasta que pasaron las dos paradas, nos bajamos y cogimos el bus que me dejaba al lado de mi casa.
El bus iba hasta arriba de gente, no se podía casi ni pasar. Un chico se levantó para irse y Fer, de nuevo me quitó el sitio, pero esta vez me invitó a sentarme encima suyo, parecíamos una parejita de enamorados, feliz y sonriente.
Todo el mundo nos miraba, y nosotros aún así no dejábamos de reírnos.
Cuando el bus llegó a la parada dónde teníamos que bajar, me di cuenta de que Dani me estaría esperando en la puerta del metro así que le envié un mensaje.
“ Dani, no voy a poder ir contigo hoy me ha surgido algo importante, ya te contaré. ¿quedamos mañana? A las 2 en mi casa y hago yo la comida. Mi madre no está y mi hermana tampoco. Te espero. Un besazo enorme. Auro.”
Con eso bastará- pensé- además Dani seguro que no se lo toma a mal, me conoce demasiado bien.
Subí a mi casa prácticamente corriendo, Fer me esperó abajo.
Dejé la maleta tirada en mi habitación, me lavé la cara, me peiné para parecer decente y me puse algo de maquillaje, tenía que estar un poco guapa porque sino no pegaría nada con Fer.
Bajé ya más tranquila, no me crucé con ningún vecino gracias a dios, sino empezarían con el interrogatorio y no estaba en ese momento para ningún tipo de preguntas.
Estaba abriendo la puerta del portal cuando me sonó el móvil, era un sms, de Dani.
“ Vale guapa, como quieras. Mañana en tu casa y cocina bien que no quiero morir joven. Jajaja! Te quiero loca!”

Yo sí que te quiero- pensé.- pero en ese momento vi a Fer, hablando con una de mis vecinas en la puerta y no sé muy bien el por qué, me entraron unos celos horribles y eso que con Elena me llevaba genial y ella tenía novio.

- Que novio más guapo tienes Auro- me susurró al oído al pasar, yo sonreí, pero luego un sentimiento de culpa me invadió, él no era mi novio, sino Gabriel.

Llegué al lado de Fer y ví que tenía una moto justo detrás, ¿de quién sería?

- Si te preguntas de quién es la moto, es mía.- me había leído el pensamiento o algo así.
- ¿y cómo la has podido traer tan rápido?
- No la he traído yo, sino mi primo, había quedado con su novia en la parada de autobús y ya me ha hecho el favor.
- Pues sí que es coincidencia.- sonreí.- no parece ni real.
- ¿quieres que te pellizque para que veas que es real?
- No, no hace falta- reí.- y ¿a dónde me vas a llevar?
- Pues te quiero llevar al templo de debod.
- Me encanta ese sitio- me empezaron a brillar los ojos.- pero siempre que he ido a sido con mi padre y mi hermana.
- Pues mira, una experiencia nueva que seguro que te gusta.
- Tengo seguro.- sonreí y le abracé. Le pillé por sorpresa, pero él también sonrió y me correspondió al abrazo. Me sentía tan a gusto entre sus fuertes brazos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario