solsticio de verano

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sábado, 27 de febrero de 2010

SOSLTICIO DE VERANO 47

CAPÍTULO 47. PRIMO MAYOR.




Después de una larga conversación, de risas, de compartir algún que otro momento de vergüenza y de alegría, Nieves, Vicente y yo, volvimos a casa de mi abuela, era ya la hora de comer. El tiempo se había pasado volando.
Supongo que es normal, no se encuentra a un primo guapo, simpático y de tu edad todos los días- pensé.
Entramos en la acogedora casa de mis abuelos, en la cocina mi abuela estaba terminando de preparar su deliciosa lasaña. Nos tocaba poner la mesa a Nieves y a mí.
No pusimos ninguna pega, ese día estaba siendo bastante bueno y no nos apetecía discutir. Nos repartimos el trabajo. Nieves cogió los platos y las servilletas, yo los cubiertos y los vasos.
Una vez puesta la mesa nos tocaba avisar a mi padre, a mis tíos y a mi abuelo. No sería difícil juntarlos a todos.
En el patio la mesa ya estaba puesta y la familia empezaba a llegar. Los primeros en sentarse fueron Vicente y Pilar. Más tarde llegó mi abuelo con mis tíos y por último y no menos importante, mi padre. Mi prima y yo empezamos a traer los aperitivos. Y por último mi abuela la lasaña.

- Pilar, ¿no iba a venir Guillermo a comer?- preguntó mi abuela. Supuse que Guillermo era el hermano de Vicente y, por tanto mi primo mayor.
- Me ha enviado un mensaje, estará al llegar. Pero mejor empecemos, no se vaya a enfriar la lasaña. Que este hijo mío es un tanto impuntual.- respondió Pilar.

Un poco demasiado- pensé. Justo en ese momento me sonó el móvil.

- Perdonad.- dije levantándome y subiéndome a la parte de arriba de la casa.
- ¿Si?- pregunté al contestar la llamada.
- Aurora, tenía ganas de oír tu voz..- era Fer, le reconocí enseguida.
- Hola, Fer, ¿cómo te va?- pregunté haciéndome la sueca.
- Bien ¿y a ti? Desde el otro día no he tenido noticias tuyas.- es cierto, no le había llamado ni le había mandado ningún mensaje.
- Lo siento, estuve bastante ocupada haciendo maleta y pasando tiempo con mis amigos.- le dije siendo muy sincera.
- No te preocupes, te entiendo. Quiero verte, Aurora, ¿cuándo podríamos encontrarnos de nuevo?
- No lo sé, Fer. Estoy lejos de Madrid, y no volveré por allí hasta que termine el verano.
- Te esperaré. Tengo que colgar. Ya hablamos. Un beso. Te quiero.- y colgó sin darme tiempo a responder.

Me había dejado algo pillada. Dudo mucho que me espere- pensé.- un chico como él las tiene a todas locas.
Me tumbé en la cama, mirando al techo. Allí, en ese mismo pueblo estaba Gabriel, mi actual novio. En Madrid estaba Fer, un chico maravilloso que me trataba genial y también estaba Dani, mi mejor amigo, el chico que más me ha hecho sentir, pero era solo un amigo, a pesar de todo lo que había pasado.
Un grito me sacó de repente de mis pensamientos.

- ¡Aurora, baja enseguida!- era mi abuela.
- ¡ya voy! – dije.

Me arreglé, aunque no mucho, ya que al tumbarme en la cama mi pelo se había alborotado un poco bastante. Abrí la puerta y me apresuré a bajar las escaleras, aún con el móvil en la mano.

- Dime, abuela ¿qué pasa? –pregunté cuando terminé de bajar las escaleras. Entonces me di cuenta. Un chico alto, corpulento, fuerte, castaño con ojos a juego con su pelo y guapísimo estaba sentado al lado de mi sitio. Cuando me vio se levantó.
- Tu debes ser Aurora.- sonrió. Madre mía que sonrisa, me derrito-pensé.
- Si, la misma.- sonreí dulce.
- Es un placer, soy Guillermo.- me dijo antes de acercarse y darme un suave beso en la mejilla.
- Me lo imaginaba.- le devolví el beso de igual manera.- bueno, ya no hay que esperar a nadie ¿no? Pues vamos a comer, que la lasaña tiene muy buena pinta.- reí.

Todos empezamos a comer. La verdad es que no es por presumir pero la lasaña de mi abuela era y sigue siendo insuperable.
Al terminar de comer nos tomamos un café, Vicente y Nieves se fueron con las bicis a hacer un poco el cabra, a mí no me apetecía y por lo visto a Guillermo tampoco.

- ¿Quieres ir a algún sitio primita?- me habló Guillermo tras dar el último sorbo a su café con hielo.
- La verdad, sí, ¿un paseo por el puente sur te hace? – respondí después de beberme también mi café con mucha leche.
- Claro, lo que la pequeña diga.
- No me digas pequeña, se me hace rarísimo.- reí.

Andamos hasta el camino de flores y plantas que llevaba al puente sur. Nos paramos justo en medio.

- ¿Por que no me cuentas algo de ti?- Guillermo quería saber de mí, que gran honor- pensé.
- Pregunta y te respondo.- le sonreí.
- ¿Que haces en tus tiempos libres?
- De todo. Me gusta la música, los deportes..
- ¿Cantas o bailas?
- Las dos cosas, ¿por qué?
- Porque me encantan las chicas que saben cantar y bailar. Y ya no te cuento si hacen deporte.- me reí, no pude evitarlo, mi primo me empezaba a caer realmente bien.
- Pues tienes delante tuya a la chica de tus sueños entonces.
- No se yo ¡eh!

Ambos reímos. Bromeamos hasta llegar a la entrada del puente sur.
Encima del puente vi una pareja, estaban besándose. Que monos- pensé.
En ese momento recordé el día que estuve en puente sur con Gabriel, no pasó nada, pero fue un día muy especial para mí.
Me fijé más en la pareja. El chico me sonaba, seguramente era uno de los muchos chicos que había en el pueblo y le había visto por la calle.
La pareja se separó y entonces pude verle la cara, pero lo que vi lo único que produjo en mí fue lágrimas. No me lo podía creer.

- ¡Todos sois iguales!- grité para que él me oyese y eché a correr por el camino de plantas.
- ¡Aurora!- Gabriel no se había dado cuenta de que estaba allí hasta que me oyó gritar. Me llamó, pero no fue a por mí.

Guillermo, mi primo mayor fue el que lo hizo. Corrió mas que yo hasta alcanzarme. Se paró delante de mí y me miró a los ojos. Yo aún estaba llorando, mucho, necesitaba llorar.
Guillermo me cogió de los brazos y me hizo mirarle. Notó mi sufrimiento y me abrazó, muy fuerte, dejando que me desahogase.

- Te juro que esta la pagas, Gabriel, lo juro.- gritó mi primo para mi sorpresa.
- Prima, no te preocupes, vámonos de aquí, ese tío no te merece lo más mínimo.- me susurró al oído.

Y me llevó lejos, lejos de ese lugar que había sido tan especial para mí y que ahora era una autentica mierda. Entonces me sentí mejor, entres sus brazos, entre los brazos de mi primo mayor al que hacía apenas dos horas conocía.

1 comentario:

  1. Joder gabriel, pero ella tampoco ella tiene derecho a replicarle por un beso xk en vdd ella se lo dió a Dani!!
    Que mono guillermo(L)
    Creo qe yo me enamoré de el

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