solsticio de verano

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viernes, 12 de febrero de 2010

TRIGÉSIMO OCTAVO CAPÍTULO

CAPÍTULO 38. NO SE PUEDE ESTAR MEJOR, GRACIOSILLO.




Cuando llegó mi madre y después de despedir, en secreto a Fer, me fui a dormir. Estaba bastante cansada, el viaje de vuelta había sido muy largo y no había dormido prácticamente nada y luego el paseo con Fer, el día en general había sido agotador.
Tengo que reconocer que soñé con Fer y el sueño fue realmente de cuento de hadas.
Empezó con una imagen algo difuminada, parecía agua, mucho agua, como un riachuelo, lleno de variedad de peces. Yo estaba cogida de su mano y no dejaba de sonreírle. Paseábamos por un prado, lleno de flores de todos los colores y sin ningún insecto asqueroso con el que poder toparse si te tumbabas. Estábamos felices, juntos, sin ninguna complicación ni confusión. Nos queríamos y eso era algo que no pasaba desapercibido, con solo mirarnos a los ojos podíamos saber qué era lo que cada uno quería hacer en cada instante o cada sentimiento.
Era un sueño tan bonito, que ojalá nunca hubiese despertado de él.

Me despertó un sms en mi móvil, que oportuno, justo cuando en el sueño nos íbamos a besar, ya hay que tener mala suerte.- pensé.

“Auro, me llevo algo para comer hoy? Un beso! Te quiero!”

Era de Dani, hoy iba a venir a comer, tal como yo le había dicho ayer y estaba deseando verle.

“Si puedes tráete helado! Te quiero!”

Una comida en verano, sin helado de postre no era una comida en condiciones, eso lo decía Dani siempre y tenía mucha razón.

Me levanté, con cara de zombi, me metí a la ducha y al salir me puse mas o menos guapa. Dani hacía que todo lo natural que yo era lo sacase con él, me conocía muy bien y sabía mis puntos débiles y fuertes.
Mi madre ya se había ido a trabajar, así que estaba sola en casa y seguiría estándolo hasta por la noche, por tanto tenía toda la tarde para estar con Dani.
Me puse mi delantal de mariposas y empecé a hacer la comida.
Como era verano y el calor se notaba en todos sitios, haría algo que no estuviese a la misma temperatura o incluso más caliente que el ambiente. Terminé decidiéndome por un carpaccio de ternera acompañado por un tazón de gazpacho. Todo fresquito y riquísimo.
Terminé de hacerla rápido, puesto que eran platos que no se tardaban prácticamente nada en hacer y yo estaba hecha toda una “profesional”.

A las 2 en punto Dani llamó al timbre de mi puerta, con una sonrisa de oreja a oreja. Me quité el delantal antes de ir a abrir y me miré en el espejo del pasillo. Decente- pensé.

Abrí la puerta y no pude evitar sonreír, la felicidad y alegría de Dani era contagiosa y yo ya me había infectado de ella.
Le di un beso en la mejilla, el cual me devolvió y acompañó de un tierno abrazo, era cierto lo que había pensado en el campamento, lo necesitaba, necesitaba a Dani a mi lado, siempre.

- ¡pero que bien huele!
- Claro que sí, como que aquí la presente es una buena cocinera.- sonreí.
- No lo dudo, estoy deseando probar sus manjares cocinera.
- Pues siéntese en la mesa que enseguida se los sirvo.

Me hizo caso, se sentó en la mesa ya puesta y esperó a que trajese la comida.
Pareció gustarle mucho, porque al terminar lo único que hizo fue abrazarme y darme besos por la cara, como muestra de agradecimiento.

- Madre mía, ¡este carpaccio esta de muerte!
- Lo sé, me ha salido muy rico.
- ¿Sabes Auro? Para un tío serías todo un partidazo de novia.
- Bueno, ¿ya empezamos con las exageraciones?
- No, solo con las verdades.
- Entonces, ¿te has tomado suero de la verdad o qué?
- Que va, es lo que me sale, ya sabes que siempre soy muy sincero y más contigo.
- Si, eso es verdad.
- Una cosa Auro, ¿estas bien? Cuando hablé contigo antes de ayer te noté rara, como triste.
- ¿sabes? Todo eso pasó y ahí se queda en el pasado, ahora solo importa el presente y en el presente no se puede estar mejor, graciosillo.- sonreí y le besé la mejilla.
- Eres única.
- Deja ya de decirme piropos que terminaré creyéndomelos.
- Eso es justo lo que pretendo.
- Pues yo no quiero así que no me digas más.

Le di un pequeño golpe en el brazo y el me llevó hacia sí, acercándome tanto que podía oír el latido de su corazón, estaba acelerado. También podía sentir su respiración agitada y su calor.
Le miré a los ojos, sus ojos azules eran tan bonitos, tan mágicos que hechizaban. Era de saber que todas las chicas estuviesen coladitas por él.
Nos quedamos así un rato, mirándonos a los ojos, transmitiéndonos miles de sensaciones con solo una mirada.
Dani me cogió la mano y entrelazó sus dedos con los míos, sin apartar ni un segundo su mirada de mí.
No podía parar de mirarle, ¿qué me pasaba? Era Dani, mi mejor amigo, ¿por qué sentía algo tan fuerte por él, algo tan diferente a todos lo que había sentido? ¿por qué parecía que en mi tripa había mariposas? Tantas preguntas y respuestas que con el paso del tiempo iría descubriendo.

2 comentarios:

  1. Dios que lios u.u
    Pero la verdad yo quiero que se quede con Dani:$(L)
    jajajajaj

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  2. si? bueno yo no se con quien quiero..pero Dani es monisimo..:)

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