solsticio de verano

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domingo, 21 de febrero de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 43

CAPÍTULO 43. SOLO POR TI.


Me desperté más bien tarde, Dani no estaba a mi lado como me hubiese gustado, me levanté y me miré al espejo.
Vaya cara- pensé.- alomejor Dani se ha ido porque se ha asustado de mí.- me reí de mí misma.- puede ser una posibilidad.

Oí un ruido en la cocina y me acerqué, no sin antes coger mi raqueta de tenis, por si acaso.
Abrí la puerta y me disponía a levantar la raqueta cuando una voz a mis espaldas me detuvo.

- No pensarás pegarme un raquetazo por la espalda ¿verdad?- me abrazó por detrás, como en la cama y yo me estremecí, Dani, era él.
- Pues si, no tenía ni idea de que eras tú, pensaba que te habías ido.
- Pues ya ves que no, me he levantado, te he visto dormidita y he decidido hacerte el desayuno y llevártelo a la cama, pero te me has adelantado.
- ¿ibas a hacer eso? Que mono..- le di un beso en la mejilla y le sonreí.- espera que me vuelvo a meter en la cama y me lo llevas, pero ¡tú desayunas conmigo!
- Como diga la señorita, hoy mandas tú.- me sonrió también y me devolvió el beso en la mejilla. Me fui corriendo a la cama de mi madre y me senté, después de encender la televisión.
- Pareces una niña buena y todo- rió Dani entrando por la puerta.
- ¡Ni que fuese mala! ¡Menuda reputación me vas a dar!- reí yo también.
- Venga anda, vamos a desayunar, me muero de hambre.- dijo tirándose prácticamente a mi lado y dejando la bandeja enfrente nuestra.
- Antes de nada quiero hacer algo…- le miré, nunca antes había mirado a nadie así.- ven..- le guié hasta que me quedé muy pegada a él.- te quiero, gracias por todo..- le dije y tras decir esto le di un beso más cerca de los labios que de la mejilla, no me pude resistir, tenía que dárselo, justo donde se lo di, era lo que me pedía mi corazón y no podía dejarlo pasar.
- Aurora..yo también te quiero..- sonrió y me devolvió el beso en el mismo sitio donde yo se lo había dado. Me ruboricé.
- Venga ahora ¡a desayunar! Que ya es hora.- reí y nos empezamos a coger los bollos de la bandeja.

Dani me conocía muy bien, tan bien que había traído mis napolitanas preferidas, las de crema, un cruasán relleno de crema también y un vaso de leche, bien frío con cola cao. Estaba todo muy bueno.
Pero no tan bueno como él- pensé.
¿Por qué había pensado eso? Dani era solo mi amigo, no debía sentir nada más que eso por él, además también estaban Gabriel y Fer. Eran todos los típicos chicos por los que todas están coladas, cada uno tenía algo que no tenían el otro, pero Dani, lo tenía todo.
Dani tenía la valentía de Gabriel y la dulzura de Fer, la simpatía de los dos, la inteligencia de Gabriel, la espontaneidad de Fer..era totalmente perfecto, pero sólo era mi amigo y no me iba a arriesgar por nada del mundo a perderlo.

Desayunamos mientras veíamos la tele, después nos vestimos, él en mi baño y yo en mi habitación.
Tardé un poco en elegir que ponerme, me había dicho Dani que me pusiese guapa, que me tenía una sorpresa, así que tenía que estar perfecta.
Terminé escogiendo unos pantalones cortos negros y una camiseta palabra de honor rosa fucsia con una camisa blanca encima de manga corta, abierta.
Salí para maquillarme, sin dejar que Dani me viese y me metí en el baño.
Después de maquillarme como es debido salí, contenta, radiante, iba a pasar una velada a saber dónde con Dani, no podía pedir más.

- Madre mía, normal que tengas novio..- sonrió Dani, mirándome de arriba abajo y silbando.
- Bueno, es que Gabriel se merece a alguien como yo, por eso soy su novia.
- Lo se, dímelo a mí, no hay chicas como tú, créeme.
- Cierto, las hay mejores, como por ejemplo tu novia..- me quedé callada, ¿por qué me dolía saber que Dani, mi Dani tenía novia?
- No, ella no es mejor que tú.- dijo muy convencido y se quedó callado también. El silencio no era cómodo.
- Bueno venga coge tu bolso y vámonos.- volvió a hablar él, dando por zanjada la conversación de hace unos segundos.
- Vale, voy.- cogí mi bolso y salí con él por la puerta, cerrando mi casa con llave y despidiéndome de mi gato.- Adiós Tulús.
- Como quieres a tu gato ¿eh? Y él a ti por lo que se ve.- reí, era cierto, quería muchísimo a mi gato, no me imagino mi casa y mi vida sin él. Y él a mí también me quería, en ese momento al verme irme estaba maullando, era una monada.
- Si, le quiero mucho y él a mí, es mi alma gemela.- reí de nuevo.
- Pues no se yo como saldrán vuestros hijos..- rió Dani a carcajadas y me pegó la risa.
- Que graciosillo…-le besé la mejilla y entramos en el ascensor.

Le cogí del brazo, ahora los ascensores que iban lentos me daban miedo, y era la primera vez que el ascensor de mi casa iba lento. Dani se dio cuenta y me abrazó atrayéndome a él.

- Gracias..
- No me las des.

Cuando salimos del ascensor Dani me tapó los ojos con las manos.

- Dani, ¿qué haces?
- Ahora lo verás, es una sorpresa..
- Vaya..

Reí y oí como se abría la puerta de salida de mi casa, entonces Dani me quitó las manos de los ojos y me quedé totalmente petrificada, delante de mí, sonriente, guapísima, radiante, feliz, estaba mi mejor amiga, Lucía.
La abracé y lloré, como una niña, pero en ese momento no me importaba parecer una niña, solo Lucía, tenía tanto que contarle, no me la esperaba, para nada.

- Auro, tranquila, deja de llorar que me vas a hacer llorar a mí tonta.
- No me digas que deje de llorar porque eso si que no eh!- reí.- además sabes de sobra que lloro de alegría, te echaba de menos.
- Lo sé, tonti, lo sé yo también te he echado de menos.- y ambas reímos, abrazadas, bajo la mirada contenta de Dani.
- Dani, ¿ha sido cosa tuya?- me giré hacia él cogida aun de la mano de Lucía.
- Puede ser..- sonrió de nuevo.
- Eres el mejor..- le besé la mejilla muy fuerte y me abracé a él con la misma fuerza, era definitivo, le necesitaba a mi lado.
- Le vas a ahogar..-rió Lucía.- pero por lo que parece no le importa mucho..
- ¿qué os parece si vamos a comer al ginos?- dijo Dani intentando esquivar el tema de nuestro abrazo. Me separé un poco de él y me agarré del brazo de Lucía y agarré la mano de Dani, estaba con las dos personas que más quería y eso me alegraba muchísimo.
- Vamos.- dijimos Lucía y yo a la vez.

Entramos en el restaurante, no había mucha gente y nos atendieron rápido. Pedimos los tres pasta, yo espaguetis, Lucía macarrones y Dani lasaña.

Durante la comida le conté a Lucía todo sobre el campamento, le hablé de Gabriel, de Fer, de todo lo que pasó con ambos, de mi primer beso, de mi mentira, de cuando me quedé encerrada en el ascensor, del mensaje, del día que pasé con Fer hace muy poco, de cómo mi madre estuvo a punto de pillarnos. Dani había oído todo, pero no decía nada. Le sonó el móvil y se levantó de la mesa dirigiéndose al baño, entonces aproveché y le conté a Lucía lo que había pasado en el parque y mis sentimientos hacia Dani.

- No te pilles por él, Auro, es tu amigo, ten en cuenta que puedes perder una gran amistad si te arriesgas y conociéndote no lo harás.
- No, no podría, le necesito a mi lado, como amigo.
- Me parece bien tu postura, pero también te digo algo, si tu corazón termina por decirte algo, guíate por el corazón, sino sufrirás.
- Gracias Lucía. ¿Qué piensas sobre Gabriel y Fer? ¿Qué debo hacer Lucía?
- Lo que te diga tu corazón, no hay más respuesta. Sé que lo harás bien y tomarás la decisión correcta, tienes que confiar en ti.- la abracé, me venía muy bien estar con ella, hablar, confiarle todo lo que sentía, mis pensamientos.
- Gracias por venir..-le dije y me abracé a ella, era la mejor.
- Culpa de Dani, sin él, yo no estaría aquí. Habló con mi madre, y la convenció, que ya es decir. Luego me pagó el billete de tren y su padre me fue a recoger a la estación. Y todo lo ha hecho por ti. Ahora que lo pienso puede que él sienta lo mismo que tú y que te quiera como algo más que una amiga.- me quedé alucinada, todo eso lo había hecho Dani, por mí. Mi cabeza no paraba de repetirlo, por ti, solo por ti, Aurora.

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