solsticio de verano

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domingo, 21 de febrero de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 44

CAPÍTULO 44. ¿BAILAMOS?


Después de una amena comida con mis dos mejores amigos, de una larga charla con Lucía sobre mis pensamientos y de comerme la cabeza por todo lo que Dani estaba haciendo por mí, nos fuimos del restaurante.
Dani estaba pensativo, en sus cosas, mientras Lucía y yo seguíamos hablando, esta vez era ella la que me contaba todo lo que pasaba donde se había ido a vivir.

- Chicas, tengo una idea, vamos a casa de Jaime y así le damos una sorpresa.- dijo Dani, contento.
- ¿a casa de Jaime? Bueno, por mí vale, tengo ganas de verlo.- contestó Lucía.
- A casa de Jaime..-me quedé pensativa. No estaba mal de todo ir a verle, solo que él seguramente espera que yo le haya esperado, que no tenga novio, que mi corazón esté desocupado y que no me haya dado mi primer beso, para dármelo con él. Aclararé las cosas con Jaime y no pasará nada.- pensé.
- Vale!¡ Me apunto!-sonreí.

Los tres caminamos durante un buen rato por las calles de mi barrio. Pasamos el parque, las tiendas y nos adentramos en la urbanización de Jaime. Vivían en un chalet adosado. Siempre lo había visto desde fuera, pero nunca había entrado, este sería el día.
Su casa por fuera era enorme, entramos por delante después de llamar al telefonillo.
Nos abrió la puerta el hermano mayor de Jaime, Gonzalo, que nos sacaba dos años. Solo le conocía de haberle visto en el instituto, pero siempre me había parecido muy guapo.
Nos invitó a entrar, a la vez que él salía, debía haber quedado con su novia, porque se había arreglado demasiado.
Por dentro, la casa de Jaime era grande y espaciosa, se notaba que estábamos en el barrio “pijo” de Madrid. Había mucha luz, y la decoración era muy bonita, puesta con mucho estilo.

- Hola, chicas. ¡Ey! ¡Dani!- Jaime pareció de la nada.
- Hola Jaime.-dije, decidida.
- ¡Jaime!- gritó Lucía abrazándole.
- ¡Lu! Dios, ¡qué raro se me hace verte aquí!- sonrió Jaime abrazándola fuerte.
- Bueno parejita, entramos al salón o nos quedamos aquí ya toda la vida.- Dani, sonriente e irónico como siempre había hablado.
- Si, vamos al salón.- dijo Jaime cogiendo a Lu de la cintura y llevándola consigo.

En el salón estaba todo apagado, no se veía absolutamente nada, intenté buscar algo de luz, pero nada, cuando de repente..

- ¡Sorpresa!- gritó mucha gente al encender la luz. Pude reconocer a las Blue Girls, todas estaban ahí, y todos los chicos. También había compañeros míos de clase, Mario, Sofía, tantas personas..
- ¿y esto?- le pregunté a Dani.
- Yo no digo nada..
- No, mejor lo digo yo.-dijo Jaime acercándose a mí.- no tuviste tu fiesta de cumpleaños con nosotros, solo con tu familia, como pilló los exámenes..y ya sabemos que es muy atrasado, pero..¡felicidades!
- Muchas gracias, a todos, sois geniales.- me emocioné, se me escapó una lágrima que murió en el dedo de Dani, que se había pegado a mí y me abrazaba quitándome todas y cada una de las lágrimas que salían de mis ojos.
- Auro, se qué lloras de felicidad, pero hay mucha gente que quiere estar contigo, felicitarte y hay una fiesta que tiene que empezar..- estaba tan tierno Dani cuando me dijo aquello.
- Vale, pero no te separes de mí..te necesito..- por primera vez y sin ningún tipo de vergüenza le dije a Dani que lo necesitaba, a mi lado.
- No te preocupes, no te desharás de mí tan fácilmente.- me sacó una sonrisa.

Me fui a hablar con todos, con Dani de la mano. Me acerqué primero a las Blue Girls, las agradecí que se hubiesen preocupado por hacerme la fiesta, sabía perfectamente que era idea suya y todos los demás habían colaborado.
Luego se me acercó Mario y me felicitó de nuevo, se lo agradecí con un sonoro beso en la mejilla, me agradaba mucho que estuviese ahí.
Dani tal como me había dicho no se separaba de mí.
Sonaba música muy marchosa y me entraron ganas de bailar, en ese momento vino por detrás Jaime.

- ¿Te vienes a bailar conmigo?
- Claro.- dediqué a Dani la más bonita de mis sonrisas y él asintió devolviéndomela.
- Esta canción me encanta.- me dijo Jaime. Sonaba la canción de Kate Perry, hot and cold, y la verdad es que era también una de mis preferidas.
- A mí también me gusta mucho.- sonreí y empecé a bailar con Jaime, no muy juntos, pero lo suficiente como para sentirme algo incómoda.

Bailamos dos canciones más, y en la última fue cuando mejor me sentí con Jaime, puesto que fue la que más separados estábamos.
Al terminar la canción alguien se me acercó por la espalda.

- ¿bailamos?- me dijo, parecía muy contento. Acepté encantada.
- No podría negarme a bailar contigo, otra vez.- recordé la vez que bailamos en mi pueblo, eligió una salsa, mi baile preferido, me conocía muy bien.
- Bailas genial- me susurró al oído, yo me estremecí.
- Tú lo haces mejor.- sonreí y me pegué a él. Sonó una canción algo más lenta.
- Vamos a la terraza.- me dijo al oído de nuevo y me cogió la mano.
- Se está bien aquí fuera..-sonreí, estaba algo ruborizada por estar en ese momento a solas, con él.
- Aurora, te quiero, te quiero como no he querido a nadie, pero no quiero perder nuestra amistad.- no me lo podía creer.
- Yo también te quiero, de igual manera. Te quiero demasiado, quizás debería quererte menos, porque está Gabriel y Fer..y yo no sé que hacer..-le miré sin dejar de hablar, nerviosa.
- No digas nada..- me puso un dedo en la boca y al quitarlo me besó. Jamás había sentido nada igual, había mariposas haciéndome cosquillas en el estómago, parecía todo mágico. Sentía como la brisa nos arropaba con su manto, como la noche nos guardaba y cómo la luna nos miraba desde ahí arriba. Me sentía emocionada, feliz, perfecta, llena. Era una sensación digna de vivir. Me separé un poco, deseando no hacerlo más.
- Dani..- y le volví a besar, hasta que nos interrumpieron, menos mal que era Lu.
- No tenéis que parar por mí eh..- sonrió.- no quería interrumpir.
- Tranquila. Haz como si aquí no hubiese pasado nada ¿vale?- Dani se me adelantó. Quizás yo no hubiese dicho eso, pero era lo mejor que podíamos hacer, olvidarlo, yo tenía novio, el novia y por mucho que nos quisiéramos nuestro amor era totalmente imposible.
- Como queráis.- me quedé en silencio.
- ¿Bailamos Aurora?- dijo de nuevo Dani, le brillaban los ojos, estaba ruborizado, sentía su calor corporal, su olor, me encantaba.
- Bailemos.- le cogí la mano y volvimos dentro, empezando a bailar de nuevo.

Terminó la fiesta, había bailado casi toda la noche con Dani, lo que había pasado nos marcó, y los dos estuvimos mucho más unidos esa noche.
Nos despedimos de la gente, de las Blue Girls, de Mario, de Jaime y cogimos el autobús rumbo a mi casa.
Dani me acompañó hasta el portal, donde me despidió con un abrazo muy fuerte, un beso en la comisura de los labios, haciendo referencia a lo que había pasado y una gran sonrisa.

- Pásalo bien en el pueblo ¿vale?- me dijo, mirándome a los ojos.
- Lo haré, pero te echaré de menos.- le contesté manteniendo su mirada.
- Y yo a ti Auro.- sonrió y se fue, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Se me escapó alguna que otra lágrima al verle marchar de mi lado, habían sido dos días estupendos con él y sin duda esta noche había sido mágica.
- ¡Te quiero Dani!- grité con todas mis fuerzas, para que el me oyera y antes de girarme para verle me metí en mi portal, llorando. Le quería de verdad, muchísimo.

Subí por las escaleras, despacio, sollozando. Me quité las lágrimas antes de llegar a mi casa. Abrí despacio la puerta, las luces estaban apagadas, entré de puntillas. Una luz se encendió, asustándome, era mi madre, me había pillado.

- Aurora, ¿qué haces a estas horas aquí? Son más de las 12.
- Lo sé mamá, perdona, es que me han hecho una fiesta sorpresa por mi cumpleaños, porque no me pudieron hacer en su momento.
- Me da igual lo que te hayan hecho, Aurora, estás castigada.
- ¿Qué? ¿Con qué? Mami, no me hagas esto, por favor.- sollocé, lo que me faltaba, después de una noche como esta ahora un castigo, y a saber cual.
- Vete a tu cuarto, y no salgas de ahí hasta mañana por la mañana, tengo que pensar tu castigo.- estaba muy enfadada.
- Vale..- dije y me fui a mi cuarto. Hoy no quería discutir, ni con ella ni con nadie.

Entré en mi cuarto y cerré la puerta con cerrojo, no quería que mi madre me molestase. Cogí mi diario y me tumbé en mi cama, con un bolígrafo rojo en la boca.

Querido diario:

Sé que no escribo desde hace mucho tiempo, pero hoy lo necesito.
Me están pasando cosas inimaginables, me gustan dos chicos, los dos son muy guapos y cada uno tiene una personalidad distinta.
Hoy he pasado el día con Dani, me ha hecho una sorpresa que nunca pensé que haría por mí. Me ha traído a Lu. Hemos comido los tres juntos y después nos ha llevado a casa de Jaime el chico que en el instituto me tenía tan loca, aunque ahora creo que ya no me gusta como antes.
Al final resulta que me habían hecho una fiesta sorpresa de cumpleaños, algo atrasada, pero no me importa, lo que cuenta es el detalle. Adoro a mis amigas, ellas lo han organizado todo, con ayuda de los demás.
Una vez en la fiesta he bailado con Jaime tres canciones y luego con Dani.
Ha empezado a sonar una canción lenta, entonces Dani me ha dicho que mejor salíamos fuera, y hemos salido. Cuando estábamos fuera me ha dicho que me quería, pero no solo como amiga. Y yo le he dicho que sentía lo mismo. Jamás lo hubiese pensado pero era así. Nos hemos besado, ha sido un beso totalmente mágico, he sentido ese cosquilleo que dicen que se siente cuando estás enamorada. Pero he llegado a la conclusión de que por más que quiera a Dani, el amor es totalmente imposible. No quiero pillarme de él, como hice hace años, no quiero volver a sufrir y lo que menos quiero es perderlo como amigo. Eso nunca.
Estoy muy cansada. Con esto me despido.

PD: Espero que cuando sea independiente y tenga la cabeza totalmente amueblada piense en todo lo que he escrito sobre Dani, en todo lo que le he querido, le quiero y le querré, estoy segura.

Un beso.
Hasta mañana. Aurora.



Y tras escribir en mi diario y ponerlo de nuevo en mi estantería me quedé profundamente dormida.
Soñé con Dani, con nuestro beso, solo que en ese caso estábamos en un campo, algo mágico nos rodeaba y yo no podía ser más feliz. Dani parecía mayor, pero seguía igual de guapo.
En mi sueño solo pude reconocer una pregunta que él me hizo, la misma que en mi fiesta sorpresa.
- ¿Bailamos?- yo aún en sueños sonreí. Le quería, pero debía olvidar lo que sentía por él. Solo amigos.

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