solsticio de verano

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jueves, 18 de marzo de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 62

CAPÍTULO 62. ARROPADOS POR LA NOCHE.




Bajé las escaleras con rapidez, había dejado a Toni ahí arriba, mirándome. Le había dicho lo que sentía, sin importarme las consecuencias.
En el comedor nos estaban esperando todos. Cuando me vieron aparecer a mí, sin Toni, mi abuela soltó un suspiro, no entendí muy bien si por alegría o por pena de que no estuviésemos juntos.
Me senté en la mesa, Sonia me había dejado un sitio a su lado, enfrente del de Toni. La cena sería entretenida, pero algo me decía que no iba a estar muy cómoda.
Toni apareció por la puerta, mantenía esa sonrisa que tanto le caracterizaba, no me había fijado lo guapo que se había puesto.
Se sentó enfrente mía y nos miramos, no sabía qué era lo que estaba sintiendo en ese momento, pero era algo muy especial.

La cena fue tranquila, los abuelos de Toni y Sonia me hicieron miles de preguntas, estaba bastante agobiada.
Por suerte Toni me salvó en varias ocasiones, sacando otro tema o dándole la enhorabuena a su abuela por la cena.
Se lo agradecí con una mirada.

Al terminar la cena, decidí salir al patio trasero, tenía un pequeño parque y una piscina con dos butacas alrededor. Era muy bonito.
Miré al cielo, la noche era preciosa, con miles de estrellas en el cielo. Sonreí, ahora sí estaba a gusto.
Me tumbé en el verde que rodeaba la piscina y cerré los ojos. Me vino a la mente la escena que había vivido hace unas horas con Toni, en el pasillo.
Toni era un chulo, y eso no hacía más que repetírmelo, pero no podía evitar sentir algo por él.
Menudo verano estaba pasando, primero Gabriel, luego Fer, Guille y ahora Toni. Jamás me había sucedido algo así.
Tenía que elegir de una vez por todas.
Le mandé un sms a Fer. No le quería y tenía que dejárselo claro.
“ Fer, tengo que decirte lo que siento. Ya no estoy confundida. Te quiero, pero sólo como amigo. Espero que estés bien. Un beso.”

Me dolía tener que enviar ese mensaje, sabía que Fer no lo pasaría bien, pero no tenía opción.

Gabriel ya estaba más que olvidado, aunque nuestra última conversación a la que le dolió fue a mí. Me sentía muy culpable por haber engañado a Gabriel. Aunque a él no le importó lo más mínimo engañarme a mí.

Guille era mi primo, y ya había dejado las cosas claras con él, así que no debía preocuparme.

Ya solo me quedaban dos.
Toni, ese chico amigo de la infancia que me había salvado de unos asquerosos y me había hecho sonreír en muchas ocasiones por tonterías. El chico que me estaba haciendo sentir mucho en muy poco tiempo. Quizás era con él con quién debería estar. Pero tenía miedo, mucho miedo de enamorarme de él y me engañase, o perdiese el amor.
Dani, mi mejor amigo, el chico que mejor me conocía en este mundo además de mi padre. Yo le quería, le quería muchísimo, pero sabía que lo nuestro era totalmente imposible. El beso que nos dimos fue el beso más maravilloso que me habían dado nunca y estaba segura de que lo recordaría toda la vida, pero no podía tener nada con él. No quería perderle como amigo. Sin él, yo no era la misma. Sin sus consejos, sus bromas, sus ojos azules, su pelo rubio de media melena, su sonrisa, sus gestos, su forma de dormir. No imaginaba mi vida sin él a mi lado, como amigo, nada más.

Estaba sumisa en mis pensamientos cuando oí un ruido, Toni estaba tumbado en una de las hamacas de la piscina.
Me levanté con sigilo y me acerqué a él. Estaba dormido, o al menos eso me hacía creer.
Me acerqué aún más. En ese momento abrió los ojos, asustándome y me cogió para ponerme encima suya.
Le miré a los ojos y me perdí en ellos, él me mantenía la mirada, sin dejar de sonreír. Yo sonreía también.

- ¿a qué viene esto?- pregunté haciéndome la dura.
- No lo sé, lo he hecho sin pensar.
- Las cosas no se hacen sin pensar.
- Algunas sí. Y esta ha sido sin pensar.- le miré algo confundida. Me estaba liando.
- ¿Me dejas que me vaya? Tengo que hablar con tu hermana..
- Ya hablas luego. Ahora con quién tienes que hablar es conmigo.- me interrumpió.
- ¿de qué quieres hablar? ¿de lo chulo que eres?
- No, de los que nuestras abuelas quieren.
- ¿perdona?
- Tu abuela y la mía quieren que salgamos juntos.
- ¿a dónde? ¿ a dar una vuelta en moto? Eso ya lo hemos hecho..- me hice la tonta.
- No, quieren que seamos novios.- me miró algo serio.- las he escuchado hablarlo.
- Vale ¿y qué quieres que yo le haga? Tu y yo no somos novios. Y lo siento pero se van a quedar con las ganas.- intenté levantarme, pero no me dejó.
- Creo que deberíamos hacerles el favor de salir juntos. Aunque sea solo delante suyo.
- Pues yo creo que no. No está bien mentir.
- Como si no hubieses mentido nunca, pija.
- No soy pija y no me gusta mentir a mi abuela, ella nunca lo haría.
- Ella no tiene 15 años y tampoco a un chico guapo y genial debajo.- me hizo sonreír.
- Es verdad, pobre abuela, no sabe lo que se pierde. Aunque quizás mejor, no se lo recomendaría.
- ¿quieres salir conmigo, Aurora? ¿quieres ser mi novia?- me pilló totalmente desprevenida esa pregunta. No sabía que hacer, sus ojos me retenían, su boca me incitaba a besarla y su sonrisa me hacía sonreír. Le daría una oportunidad. Por mi abuela y por mi corazón, que ahora mismo necesitaba un poco de amor.
- Sí.- dije en un susurro. Él abrió los ojos como platos, sonrió de la misma manera de siempre, solo que esta vez parecía más contento que de costumbre. Se incorporó quedando sentado y yo encima suya. Me miró a los ojos y me colocó el pelo que tenía en la cara tras las orejas. El corazón me latía a mil por hora.

Con su mano en mi mejilla y su sonrisa en mi mente y en mi corazón, me besó. Fue un beso lento, suave, un beso de esos que no quieres que terminen nunca. Un beso de los que te hacía reconocer miles de sentimientos. Un beso que te hacía sentir especial. En ese momento sentí una sensación parecida a lo que había sentido con Dani, aunque no igual. Había mariquitas en mi estómago, me hacían cosquillas. Me separé un poco de Toni y le miré a los ojos, sonriendo.

- Tiene que ser un secreto- le susurré al oído.- si mi primo se entera de que somos novios se puede montar una buena.
- No te preocupes, será cómo tu quieras.- y tras decir eso me volvió a besar y así pasó una hora, con besos, abrazos y miles de emociones, sentado en una hamaca y arropados por la noche.

2 comentarios:

  1. Holaa :)
    Me ENCANTA tu novela!!:)
    seguiras subiendo capitulos no?
    que no me puedes dejar con esta intriga jaja
    un besazoo!

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  2. Hola!:)
    me alegro de que te guste! y gracias por seguirla!
    si clro! en cuanto qe los escriba y tenga tiempo suficiente jajaja!
    no te preocupes, a ver si mañana puedo subir el siguiente capítulo.
    un beso muy grande!

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