solsticio de verano

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martes, 2 de marzo de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 50

CAPÍTULO 50. EN LO POCO DE VERANO.




Salí de mi escondite, no podía ver a Guille así. Me encaminé hacia él. Cuando me vio le cambió la cara y vino corriendo hasta donde yo estaba.

- Perdóname, por favor, Aurora.- me dijo. Parecía verdaderamente arrepentido.
- Te perdono, Guille y te entiendo perfectamente, yo seguramente hubiese hecho lo mismo en tu situación.- le sonreí y me abracé a él, tan fuerte como pude.
- Vamos a casa, deben estar preocupados por nosotros.
- Le envié un mensaje a Nieves diciéndole que estaba bien, de todos modos- miré el reloj.- son las once y media, dudo que se hayan despertado aún, la serie no empieza hasta las doce.
- ¿qué serie?
- Una que ni Nieves ni yo nos perdemos, Un amor de Locos, es genial y el protagonista está para comérselo- reí
- No mejor que yo.
- Eso seguro- sonreí.

Entramos en la casa, estaba prácticamente desierta.

- Aurora, no te olvides, esta tarde a las 6 nos vamos de fiesta y ponte guapa.
- Pero ¿cómo pretendes que se me olvide si no haces más que
recordármelo?- me reí.

Como yo ya había desayunado, me senté en el sofá a ver la serie que tan enganchadas nos tenía a mi prima y a mí.
Las doce en punto y Nieves ya estaba sentada en su silla con su leche y sus cereales. Me reí al verla y le dediqué una mirada de complicidad a Guille. Él también rió.

- Oh dios, que bueno está Lucas..- dijo mi prima mirando fijamente a la pantalla.
- Ya ves, quién tuviera un novio así..
- Tu lo tenías, ya me contarás que te pasó, porque te juro que no entiendo nada.- dejé de sonreír, me estaba volviendo a acordar de la manera en la que le había dicho a Gabriel que cortábamos. Quizás había sido demasiado directa.
- Prefiero no hablar de eso, Nieves.
- Vale, vale ahora sh que quiero enterarme de la serie.- Nieves era así, muy directa, decía las cosas tal y cómo las pensaba, aunque después se arrepintiese de lo que había dicho. Por eso no podía enfadarme por su comentario, ella solo había preguntado lo que la había salido, nada más.
- Vale.- me callé y miré la serie. Guille se había dado cuenta perfectamente de que eso me había lastimado un poco, se limitó a mirarme, y cuando me giré hacia él, apartó la mirada.
- Me voy arriba.- dije y me levanté de la silla, con la mirada perdida.
- Vale, cuando hagamos la comida la abuela y yo te llamo.- me habló Nieves.

Me subí rápido, quería desahogarme, llorar, pensar en todo lo que me había pasado este verano.
Entré a nuestra casa particular y me tumbé en mi cama, mirando al techo.

No me puedo creer que me hayan gustado cuatro chicos en lo poco que llevo de verano. Primero me encontré a Gabriel, ese chico de mis sueños que me enamoró completamente, con el que viví 15 días de ensueño que jamás olvidaré, y el chico con el que me di mi primer beso. Gabriel fue muy especial para mí, pero todo terminó, me engañó y aunque yo también lo hice, lo hice sin querer.

En una de las salidas del campamento me encontré a Fer, que se hizo pasar por un amigo mío, era muy simpático y mi salvador de esos tíos de la playa que a saber que querían. Luego le volví a encontrar a mi llegada a Madrid, en el metro, eso sí que fue una gran casualidad. Me sorprendió llevándome al templo de Debod y me hizo pasar un día a su lado maravilloso. Me besó, delante de todas las personas que nos rodeaban, sin miedo al que dirán. Le llevé a mi casa y vimos una película, aunque mi madre casi nos pilla fue muy divertido, me hizo reír cómo hacía mucho que no reía. Incluso me hizo olvidar a Gabriel, y eso no era tarea fácil después del campamento.

Al día siguiente de estar con Gabriel apareció Dani. El mismo con el que había compartido los mejores momentos de mi vida, un millón de risas, juegos de cuando éramos unos simples críos, juntos habíamos leído cuentos de princesas y príncipes y habíamos soñado con encontrar a nuestra media naranja. El día que le volví a ver después del campamento fue precioso, compartí otro momento más para mi álbum de recuerdos con él. Era mi mejor amigo y en ese momento me di cuenta de que yo sentía algo más, cómo lo que sentía cuando era niña. Me llevó a mi fiesta sorpresa de cumpleaños y me trajo a Lucía, era demasiado lo que había hecho por mí y siempre le estaría agradecida. En esa misma fiesta pasó algo que yo estaba deseando que pasara, aunque supiese que nuestro amor era más que imposible, no podía sacarme de la cabeza lo que sentía cada vez que estaba con él. Mi corazón latía tan rápido cada vez que me sonreía y me miraba. Me sentía tan protegida con cada uno de sus abrazos. Pero decidí que lo mejor que podía hacer es seguir teniéndole como amigo, antes de arriesgarme a ser algo más y perderle para siempre. Solo amigos.

En mi vuelta al pueblo me encontré con una gran sorpresa, tenía dos primos, uno de mi edad y otro más mayor. Vicente era muy simpático y majo y guapo, pero no le veía más que cómo a un primo cada vez que hablaba con él o le sonreía o le dirigía una mirada.
En cambio no puedo decir lo mismo de Guille. Desde el primer momento que le vi, algo muy fuerte me unió a él, algo más que la sangre que corría por mis venas. Empecé a hablar más con él, paseamos por el pueblo y me di cuenta de que éramos muy parecidos.
El mismo día que conocí a Guille, también un pedazo de mi corazón se rompió en mil pedazos al ver a Gabriel delante de mis narices, besándose con otra. Poco a poco Guille había vuelto a juntar los pedazos de mi corazón y se estaba ganando mi confianza, mi cariño y mi amor. Un amor que superaba, quizás puesto que aún no estaba muy segura, al amor de una prima a un primo mayor.

2 comentarios:

  1. Diooos!!!
    que lio!
    Mira que ami me gustan 9 tios pero no de los nueve me enamoro jajajajaj
    ¿y dani? que eheheheh

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  2. ella no se enamora de todos!!!!!!!! xDDDDD
    Dani Dani...jajaja!

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