solsticio de verano

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viernes, 12 de marzo de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 58

CAPÍTULO 58. CANSADA.



Corrí hasta que mis piernas se cansaron. No había llegado excesivamente lejos, pero lo suficiente para estar un rato sola, en la oscuridad de la noche.
Toni se había pasado, y ahora más que nunca sabía que había cambiado. Era un chulo, un prepotente y todas esas cosas que le había dicho a la cara. Odiaba a la gente que era así, pero no podía evitar sentirme atraída a él, como cualquier chica
De quité las lágrimas, ya no estaba triste, sino enfadada y furiosa. No quería volver a cruzarme con Toni, ya había dejado las cosas claras entre él y yo. Solamente quería volver a Madrid, allí estaría con Dani y todo lo malo desaparecería, al menos en los momentos en los que estuviese con él. Le echaba de menos.
Divisé un banco, a pocos metros de mi, anduve hacia él y me senté.
Cerré los ojos y recordé la fiesta sorpresa que todos mis amigos me habían preparado. Me acordé de todos y cada uno de los bailes, primero con Jaime y luego con Dani. Sentí de nuevo ese sentimiento de felicidad al vivir en mi mente ese beso, ese beso que me llenó por dentro, que me llenó de vitalidad y de amor.
Una lágrima corrió veloz por mi mejilla, antes de morir en mis labios. Dani era mucho para mí, pero era imposible, tenía que olvidarme de él, sólo podíamos ser amigos y eso por dentro me mataba.

Escuché un ruido cercano a mí, que me hizo abrir de inmediato los ojos. Un chico joven se acercaba, a lo lejos no le reconocí. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para verle la cara me di cuenta de que era Guille, parecía triste.

- ¿Qué te pasa, Guille?
- Cosas sin importancia. ¿Qué hacías aquí sola a estas horas de la noche?
- Pensar, airearme de tanta gente.
- Haces bien. Te he oído cantar.- me sonrió.
- ¿En serio? No te vi.
- Lo sé, me aseguré de que no me vieras.
- ¿Dónde estabas?
- Bajo el techado, con Toni. Cantas genial, Auro y no me cansaré de repetírtelo.- entonces Toni me había oído y visto cantar.
- Y yo no me cansaré de repetirte que eres una exagerado.
- Parece que la palabra exagerado es ya de tu propiedad, estas empezando a rayarte.
- ¡Pues no!
- Sabes que sí, primita.
- No quiero discutir, así que mejor no digo nada, pero yo tengo razón.
- Tu lo que eres es una cabezota.- y no le contesté, sino me cabrearía y no tenía ganas, bastante me había enfadado ya.

PARTE NARRADA POR GUILLE.



Volví a la plaza, después de dar un paseo con Lola, besaba muy bien, pero no me hacía sentir lo que había sentido con Aurora.
Aurora, mi dulce y delicada Aurora, como echaría de menos sus besos. Ya me lo había dejado claro todo, y tenía razón, éramos primos y por más que quisiésemos lo nuestro no llegaría a ninguna parte.
Aurora ya no estaba en el escenario, no la veía por ninguna parte. Me empezaba a preocupar.
Comencé a andar hacia el parque que había al lado de la piscina, en el camino me encontré con Toni.

- Guille.- me dijo, parecía angustiado.- Aurora está en ese parque, no quiero dejarla sola pero se que a mí no me quiere ver.
- ¿qué es lo que ha pasado?- ahora estaba más preocupado.
- Hemos discutido, me he pasado, he dicho lo que no debía.- se le escaparon unas lágrimas y no pude más que abrazarle, como colega que era.
- No pasa nada, se le pasará pronto, eso sí, mañana discúlpate, Aurora es muy sensible.
- De acuerdo, pensaba hacerlo. Por favor Guille, cuídala.
- Lo haré.- él me dio las gracias y se fue.

Me encaminé hacia el parque y la vi allí sentada, en un banco. Parecía distraída y triste. Verla así me ponía a mi mal. Además había sido un asqueroso al liarme con Lola. No habían pasado ni dos horas desde que Aurora y yo lo dejamos en solo primos. Me sentía mal por lo que había hecho.
Me senté a su lado, en silencio, ella me reconoció. Estuvimos hablando, pero no quise sacar el tema de Toni, daba por hecho de que la dolería. Volvimos a casa y cada uno entró en su habitación.
Fui al baño y al salir me senté en la cama y saqué el móvil, mirando una y mil veces la foto que le había sacado a Aurora cantando.
Me metí en la cama y me dormí, pensando en la única chica que me había hecho sentir lo que era en realidad el amor, Aurora, mi prima pequeña.







PARTE NARRADA POR AURORA





Me levanté, seguida por Guille, tenía sueño, estaba bastante cansada y el día de hoy había sido muy movidito.
Entramos prácticamente de puntillas, cerramos la puerta con llave y cada uno se metió en su habitación.
Al cerrar la puerta vi a Nieves dormida en su cama, no quería despertarla. Me cambié en silencio, fui al baño y me metí en mi cama.
Mis ojos se cerraron, me pesaban. No me dio tiempo a pensar nada, sólo a soñar con ese día que acababa de terminar.

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