solsticio de verano

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viernes, 5 de marzo de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 52

CAPÍTULO 52. DE PELÍCULA.



Guille cogió su moto para ir a la fiesta, que estaba un poco alejada del pueblo. Me subí detrás de él, y me agarré fuerte a su cuerpo en el momento que arrancó. Las motos no me daban miedo para nada, pero podía hacerle creer a Guille que sí y así aprovecharme de la situación.
La moto corría a toda velocidad por la carretera, notaba el aire en mi cara, mi pelo al viento a pesar del casco, y no mal que se me quedaría el peinado cuando llegásemos a nuestro destino. No me importó demasiado, al menos estaba con Guille.
Cuando llegamos, la fiesta ya había empezado. La música estaba a todo volumen, tan alta que lograba dañar un poco los oídos. Lo bueno era que alrededor no había casas, ni gente a la que molestar.
Nos adentramos en el mogollón de gente. Guille me cogió la mano para que no me perdiese y así pudiese seguirle.
Divisamos a un grupo de chicos con bebidas en la mano, alcohol supuse, y nos paramos un poco antes de llegar hasta ellos.

- Auro, no saben que eres mi prima y como lo sepan se lo dirán a Gabriel.
- No les digas que eres mi primo, diles lo mismo que le dijiste a Gabriel.- vi que nos miraban y le besé dulcemente en la mejilla para coger su mano de nuevo.- vamos, tienes que presentarme a tus amigos.- sonreí, no estaba del todo nerviosa, la presencia de Guille me calmaba un poco.
- Tíos.- Guille ya estaba entre ellos y los saludaba, pero sin soltarme la mano.
- ¿pero quién es este bombón que te has traído?- preguntó uno de ellos.
- Es mi novia, Aurora.- dijo y sonrió mirándome a los ojos. Le devolví la sonrisa.
- Encantada. – hablé.
- Créeme, el placer es todo nuestro. – dijo otro de ellos.- es una pena que estés con Guille, porque madre mía cómo estas chavala..
- Si, esta muy buena, pero es mía, así que los ojitos a otro lado. Este cuerpo me pertenece.- Guille me atrajo hacia sí amarrándome de la cintura, yo le puse una mano en el hombro y le besé en la mejilla.
- Joder, que sosa tu chica ¿no? Un beso en el cachete, pero ¿para qué están los labios?- todos se rieron. Mierda ¿y ahora que hacía?
- Es que los morreos se los guarda para cuando estamos en privado, así los disfrutamos mejor.- Guille me había salvado, menos mal, no sé cómo hubiese reaccionado si me besa. Seguro que me hubiese encantado, pero era mi primo, no podía hacer eso.
- Tu si que sabes, Guille.- habló el que parecía más tímido de todos.
- Bueno, me la llevo, no quiero que me la desgastéis con tanta miradita.

Y nos fuimos de ese grupo hacia la pista de baile.

- ¿Bailas conmigo?
- Claro que sí.- sonreí y empezamos a bailar.

Sonaba música tecno, estaba bastante bien la verdad y Guille se movía mejor de lo que imaginaba. Sabía que sus amigos estaban mirándome el culo, pero no me importaba, en ese momento sólo estábamos Guille y yo.
Sonó una canción de requeton, alguien me pegó a Guille, pero a ninguno de los dos nos importó estar tan pegados, en parte lo estábamos deseando.
Al terminar la canción, Guille se fue a por unas bebidas y yo a sentarme en uno de los sillones para esperarle, hacía mucho calor ahí dentro y en los sofás se estaba más o menos normal en cuanto a temperatura.
Estaba pendiente de mis cosas cuando apareció la persona que yo menos quería que apareciese, Gabriel.

- Pero si has venido.. lo imaginaba.- estaba borracho.- dios estas para echarte un buen polvo, no me había fijado hasta ahora.
- Déjame en paz, Gabriel..
- ¿o sino qué? ¿me va a pegar tu novio?
- No, te voy a pegar yo.
- ¿a si? Que miedo, madre mía..- se acercaba mucho a mí, demasiado. Podía oler perfectamente el aliento a alcohol.
- Estas borracho, vete.
- No me pienso ir sin dar un beso a mi novia.
- Yo no soy tu novia.
- Si lo eres, siempre serás mía, sólo mía.- ¿se estaba volviendo loco? Me estaba dando miedo.

Me cogió de la mano y con la otra me tapó la boca.

- Ahora quietecita y sin gritar, que me duele la cabeza..
- Eres un cerdo.
- Si un cerdo al que quisiste y que aún te quiere.- y me besó. Pero ese beso no significó nada para mí, no como el primero. Gabriel esta borracho y me besaba con ansia, pero a mi lo único que me daba era asco en ese momento. Le separé de un empujón.
- ¿tú no me has oído? ¡Qué me dejes!- grité, pero con la música nadie me oyó. Le miré, parecía un loco. Me daba pavor. Me fui de su lado lo más deprisa que pude. Vi a Guille pegarle un puñetazo en la cara a Gabriel, al parecer lo había visto.

Eché a correr y terminé por salir a la calle, las lágrimas corrían por mis mejillas, estaba asustada, necesitaba a Guille, no me encontraba bien.
Guille vino tras de mí, yo ya no lloraba. Me abracé a él muy fuerte, ahora me sentía protegida.
Sus amigos salieron a la puerta, nos miraban.

- No se creen que seamos novios, me conocen muy bien.
- ¿por qué no nos hemos besado?
- Si, ellos saben que soy muy mimoso con las chicas y cuando tengo novia no hago más que darla besos. Pero no te preocupes, les diré que contigo es distinto, que eres especial.
- Grítaselo, sino no te creerán.- le susurré al oído.
- ¡ella es especial ¿vale?!- gritó

me dio un subidón de energía cuando dijo eso de mí, sabía que estaba siendo sincero, se le notaba que no fingía y eso me encantaba.
Me da igual que sea mi primo- pensé.- le quiero y además tenemos que aparentar delante de sus amigos.
Le cogí la mano e hice que se girara hasta colocarse pegado a mí. Le miré a los ojos y le sonreí.

- ¡Le quiero! ¿vale?- grité para que me oyeran sus amigos, que en ese momento se estaban riendo. Guille se quedó un poco sorprendido, no sabía lo que le esperaba.

Coloqué mis manos en su nuca y él me agarró de la cintura. Le miré a los ojos, brillaban, al igual que los míos, como era de suponer.
Entonces con sus amigos mirándonos y mis sentimientos hacia él a flor de piel, le besé.
Le besé como nunca había besado a nadie, ni a Gabriel, ni a Fer, ni siquiera a Dani. Fue un morreo, como lo llamaban, pero un morreo especial, prácticamente irreal, un beso de película. Sus labios eran tan dulces, suaves y blandos que causaban adicción. Mis manos se movían por su nuca, acariciándosela y las suyas por mi cintura, atrayéndome más hacia él. Nuestras lenguas, algo tímidas se juntaron, nunca había experimentado esa sensación. Nuestras bocas, juntas, se movían tan acompasadas que parecía que bailaban. Y nosotros, parecía que estábamos solos, él y yo. Como en mi sueño, pero era real y por más que quisiese negarlo, no podía negar lo evidente, estaba totalmente enamorada de mi primo.

Al separar nuestros labios y con la respiración entrecortada, juntamos nuestras frentes, mirándonos a los ojos, estábamos felices.

- Joder, vale, ya me lo creo. Dios tío no he visto un beso de esos más que en las películas que ve mi hermana.- yo reí y agarré a Guille de la mano, fuerte, aún abrazada a él.
- Te quiero.- me dijo Guille en un tono de voz suave y bajo.
- Te quiero. Le repetí, con una gran sonrisa en los labios.

Y nos volvimos a besar y este beso fue igual que el anterior, de película.
Nos separamos después de varios besos cortos y nos fuimos hacia la moto de Guille tras despedirnos de sus amigos, que seguían con la boca abierta.
Me subí en la parte de atrás de la moto y me puse el casco, ya no me importaba mi pelo, solo me importaba lo que sentía. Quería a Guille, pero no como primo, sino como algo más. El amor que sentía por el era enorme, el corazón me latía acelerado cada vez que aceleraba en la moto y tenía que agarrarme fuerte a él. Me sentía tan bien, que incluso había olvidado a Gabriel, por completo. Ahora en mis pensamientos solo había un nombre y un recuerdo. Guille y mi primer beso con él. Un beso de película.

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