solsticio de verano

solsticio de verano

viernes, 23 de abril de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 73

CAPÍTULO 73. GUERRA DE COSQUILLAS.




Estuvimos jugando, haciéndonos cosquillas y riéndonos un buen rato, hasta que sonó mi móvil.

- ¿si?
- Prima, ya estoy en la puerta del retiro ¿dónde andáis?
- Estamos en el lago, al lado de una heladería, debajo de un árbol.
- Vale, voy para allá, espero encontraros y no perderme.
- Tampoco es tan grande el retiro como para perderte, creo yo.
- Sí, si lo es.- rió Dani a mis espaldas.
- Bueno, ahora os veo.
- Adiós.- reí también y le di un golpe flojo a Dani en el brazo.
- Tú te crees que decir eso. Ya te vale. ¿No sabías que Guille conoce poco el retiro?
- Pues no, pero vamos que seguro que no me ha hecho mucho caso.
- No se yo.
- ¿sabes Auro?
- No, ¿qué?
- Tenía muchas ganas de pasar un día así contigo, como cuando éramos unos críos, que no nos separábamos ni a sol ni a sombra.
- Es verdad, a mi también me encanta estar así contigo. Y ahora que lo pienso, podíamos hacer algo diferente. Una locura.
- ¿una locura? ¿cómo qué? ten en cuenta que tu primo está a punto de llegar.
- Tienes razón. Bueno, vale, ahora no, pero antes de que te vayas tenemos que hacer algo.
- Sí, como cuando teníamos 13 años.
- Ahí si que nos volvíamos locos.- reí.- hemos madurado, aunque solo sea un poco.
- Sin haberlo planeado te ha salido un pareado.
- ¡Toma ya! Es que yo hago rimas porque soy una chica fina.
- Ya ¿no? Poetisa, me vas a terminar dejando mal como sigamos con las rimas, más que nada porque a mi no es que se me de muy bien rimar.
- ¿y a mi sí?
- Tu eres toda una poetisa.
- Exagerado.
- ¿ya estamos con lo de exagerado? Ahora me enfado y me hago pera.- se tapó la nariz e infló los mofletes.
- Pareces un niño pequeño.- no contestó, se estaba empezando a poner rojo.
- ¡Pero que te va a dar algo! ¡respira!- me tiré encima suya y le quité la mano con la que se había tapado la nariz. Nos quedamos así, mirándonos a los ojos unos segundos, hasta que él habló.
- No sabía que te preocupabas tanto por mí.
- ¿de verdad? Pero ¿tu te crees que yo hubiese venido si no me preocupase por ti?
- Eres la mejor.
- Hago lo que puedo. –sonreí y le di un beso en la mejilla. Él se rió y me devolvió el beso. Todo era perfecto.

Guille llegó un poco después, por lo visto se había entretenido porque un grupo de chicas le había parado para pedirle el móvil y el tuenti. Me lo creía, Guille era muy guapo y todas las chicas que lo viesen lo pensarían.
Le presenté a Dani y pareció que le cayó bien, porque no paró de hablar con él en todo el tiempo que estuvo allí. Les dejé hablando de tías, modelos en concreto, ese tema no iba para mí. Me aparté un poco y abrí el móvil para llamar a Toni, tenía ganas de hablar con él.

- ¿diga?- dijo Toni al otro lado de la línea. Al escuchar su voz, no pude evitar sonreír.
- ¡Hola grandullón!
- ¡Pequeña!
- ¿cómo estás grandullón?
- Pues echándote de menos peque ¿y tú? ¿qué tal te va por Madrid con Dani?
- Pues bien, estamos disfrutando al máximo de lo que nos queda. Yo también te echo de menos, mucho. Y eso que solamente llevo unas horas lejos de ti.
- Mi niña, si es que como tú no hay ninguna. Estoy deseando que vuelvas para verte.
- Y yo quiero verte a ti. ¿por qué no vienes y pasas un día en mi casa?
- Ya sabes que no puedo dejar a mi hermana sola, además mis abuelos seguramente no me dejen irme solo a Madrid.
- Bueno, no pasa nada. Así cuando vuelva al pueblo y te vea otra vez te doy miles de besos más.
- Eso suena muy bien.
- Y tú a mí eh!
- Pues claro que sí. No me podría resistir.
- ¿sabes algo?
- Dime.
- Te quiero.
- Yo te quiero más.
- No, yo mucho más.
- De eso nada, yo muchísimo más.
- Pues yo hasta el infinito y no hay más que hablar.
- Esta vez me has ganado, la próxima ganaré yo, te lo prometo.
- Bueno me tengo que ir, me reclaman por aquí.
- Te quiero.
- Adiós grandullón.
- Adiós pequeña.- ninguno de los dos colgaba. No me podía creer que yo no quisiese colgar.
- Cuelga anda.
- Cuelga tú.- mil veces me había imaginado diciéndole eso a mi novio, pero nunca sabía si de verdad lo haría.
- Vale, ya cuelgo yo. Te quiero.- sonreí le di un beso al móvil y colgué.

Suspiré, Toni, el chico que cualquier chica querría, era mi novio. Aún no me lo podía creer.
Volví al sitio donde había dejado a los dos pesados de Dani y Guille y ahí seguían. Cuando me aproximé a ellos los dos desviaron la mirada hacia mí.

- ¿qué pasa? ¿tengo monos en la cara?
- No, lo que tienes es una sonrisa demasiado grande que ocupa toda tu cara.- me dijo Dani.
- Me parece que ya sé por qué. ¿has hablado con Toni?- Guille fue quién preguntó.
- Em..sí.- sonreí aún más.
- Estaba claro. Sonríe así porque está enamorada.- dijo mi primo sin cortarse un pelo.
- Supongo.- Dani sonó algo triste, no me gustaba verle así, así que enseguida le saqué una sonrisa. O al menos lo intenté.
- Dani, te debo algo.
- ¿el qué?
- Esto.- sonreí y le empecé a hacer cosquillas. No se reía como antes, su risa era más bien falsa y ni siquiera me pedía que parase. ¿qué le pasaría?
- Bueno prima, que yo me voy ya al pueblo ¿vale?
- ¿y eso? Mi abuelo te dijo que te quedaras a dormir una noche.
- Pero ¿tu de verdad crees que yo voy a poder dormir rodeado de ojos puestos en mi toda una noche?- me reí recordando la llegada y como me había dicho lo mismo cuando le había dicho que la habitación de mi hermana sería la suya esa noche.
- Vale, te entiendo. Entonces diles a los abuelos que estoy bien y que no se el tiempo que me quedaré aquí.
- Vale ¿y a tu querido Toni le digo algo?
- Sí, dile que le quiero muchísimo y que como esta noche no me llame me enfado.
- Em vale, como quieras. Bueno me voy ya. Un placer conocerte macho.- se dirigió a Dani y le dio un apretón de manos.- adiós primita, nos vemos en el pueblo.- se acercó a mí esta vez y me dio un beso en la mejilla para después abrazarme y dedicarme una sonrisa.
- ¡Adiós primito mayor!
- Que te vaya bien Guille.- Dani también le despidió.
- Lo mismo digo chaval, no te rayes por tu viaje.
- Va, gracias.- parecía que habían hecho buenas migas, como decían en el pueblo. Eso de que se llevasen bien me gustaba, mi primo y Dani amigos. La idea no me disgustaba.

Guille se fue y le despedimos con la mano hasta que desapareció entre la gente. Me giré para mirar a Dani.

- Veo que te llevas bien con mi primo ¿no?
- Sí, es muy majo, un tío legal. Y además te quiere mucho.
- Ya, todo eso lo sé. ¿de qué habéis hablado?
- Eso no se cuenta.
- ¿por qué?
- Porque son cosas de hombres.
- Sí, seguro, sobretodo de hombres.- me reí.
- Oye, que ya soy un hombrecito. Lo dice mi abuela.- me reí más fuerte y le contagié la risa.
- La mía me dice que estoy echa toda una mujer.
- Todas las abuelas son iguales.
- Tienes razón. Aunque hablando de abuelas, llevo sin saber nada de mi abuela Clara desde hace demasiado tiempo. La pobre tiene que estar preocupada por mí.
- Pues llámala.
- Tengo una idea mejor. ¿por qué no le pides a tus padres permiso para venirte conmigo a Guadalajara?
- Y ¿para qué quiero ir yo a Guadalajara?
- Porque allí tienen mis abuelos un chalet, con piscina y en verano cuando era más pequeña me tiraba los meses allí. Además si vas pasaríamos cinco días juntos.
- Pero ¿solos?
- Ya te gustaría. No, están mis abuelos y creo que iban a ir mis primos pequeños también.
- Tu aijada ¿no?
- ¡Sí! Y su hermano, que es todo un futbolista.
- Bueno, se lo preguntaré a mis padres.
- Y yo se lo tengo que decir a mi madre para que nos lleve.
- Vale, pero eso luego, que aún me debes algo.- le miré algo confusa, pero nada más ver su sonrisa de pícaro ya sabía lo que me tocaba. Eché a correr, pero me alcanzó antes de lo que pensaba y los dos rodamos por el césped.
- ¡No! ¡Déjame!- grité. Un policía pasaba por allí y se acercó algo preocupado a nosotros.
- Chica ¿estás bien? ¿te está haciendo daño?
- No, no se preocupe señor policía, es mi novio, solo estamos jugando.
- Adolescentes.- dijo entre dientes.- incomprensibles.- y se fue. Dani paró de hacerme cosquillas y me miró a los ojos.
- Has dicho que era tu novio.
- Es que si digo que eres un amigo alomejor no nos dejaba en paz.- intenté quitarle importancia al asunto. Segundos más tarde me paré a pensar. Había dicho que Dani era mi novio, pero, ¿lo había dicho para que el policía nos dejase en paz o porque era lo que verdaderamente me gustaría que fuésemos? No quería pensar en eso, así que empecé de nuevo la guerra de cosquillas. Todo había sido un mal entendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario