solsticio de verano

solsticio de verano

viernes, 2 de abril de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 66

CAPÍTULO 66. TODO NEUTRO.



Justo después de llamar a Toni, salí de mi habitación, algo más despejada y me encaminé al patio dónde estaban mis abuelos.
Al salir por la puerta trasera, ambos se giraron.

- Aurora, hija, ¿qué te pasa?- mi abuela me conocía muy bien, no tan bien cómo mi madre o mi padre, pero si me conocía.
- Tengo que hablar con vosotros, es importante y espero que me entendáis.
- Dinos cielo.- habló mi abuelo.
- Por favor no me interrumpáis y tampoco me pidáis demasiadas explicaciones, ahora mismo no puedo darlas.
- De acuerdo.
- Necesito ir a Madrid y pasar allí unos días. No es por vosotros, ni mucho menos, es por mí. Me ha surgido algo allí y necesito ir. Guille me llevará si le dejas tu coche abuelo- miré a mi abuelo.- en moto no creo que sea del todo seguro ir hasta allí. Dormiré en casa de mi madre, con Guille, y la explicaré todo, para que no os preocupéis. Estaré de vuelta lo antes posible.
- Si eso es lo que quieres, le dejaré el coche a Guillermo para que te lleve y también podrá quedarse allí una noche. Luego tendrá que volver, no puedo arriesgarme a no tener coche, por si acaso.
- Vale abuelo, sabía que lo entenderías.
- Aurora, te dejamos ir, pero más te vale que a tu vuelta me lo expliques todo, porque ahora mismo no entiendo el porqué de nada de lo que quieres hacer.- mi abuela parecía algo perdida, era para estarlo, la entendía.
- Gracias. Os quiero mucho. –le abracé y di un beso a cada uno.- mañana por la mañana nos vamos.
- Prepararé el coche y le daré a Guillermo algunas indicaciones.
- Sí. Gracias de nuevo.- y tras decir esto sonó el timbre. Fui a abrir. Era Toni, mi Toni y ahora tenía que enfrentarme a una despedida que ni siquiera yo sabía cómo sería.


Cerré la puerta cuando entró Toni y le cogí la mano, llevándole a mi cuarto. Teníamos que estar solos, no nos podía molestar nadie.

- Aurora ¿qué te pasa?- últimamente estaba escuchando mucho esa pregunta.
- Te tengo que decir algo.
- Sin rodeos.
- Me voy a Madrid mañana por la mañana.
- ¡¿qué?! pero ¿y eso por qué?
- Por Dani, no puedo dejarle así. Necesito pasar un tiempo con él.
- Pero pequeña, lo de la pareja de novios de se le pasará..
- He vuelto a hablar con él y tal como me temía eso que me dijo no era verdad. Pasa algo más grave.
- ¿te mintió? ¿qué pasa?
- Se va a ir a estudiar a Londres cinco años y no volverá a España hasta que no terminen los cinco años.- mis ojos se cubrieron de lágrimas al decirlo, al pensarlo, al hacerme solo a la idea de que lo perdería.
- Aurora..yo..lo siento mucho, no sabía nada..- me abrazó muy fuerte.- no llores, pequeña.- me apretó más a su pecho. Yo no podía dejar de llorar. Todo lo de Dani era horrible, no me podía sentir peor. Era como si todos mis recuerdos fuesen a desaparecer, a extinguirse. Como si pudiese perderlo todo si él, Dani se iba de mi lado. Como si estuviese vacía sin él.- te esperaré el tiempo que haga falta.- me susurró Toni al oído. Eso en parte me reconfortó, pero por dentro seguía notando como me vaciaba, poco a poco.


La tarde la pasé con Toni, en mi habitación, hablando con él, abrazada a él, notando su cariño hacia mí y todo el amor que él me tenía. Le echaría de menos esos días que me iba. Por fin tenía un chico al que podía llamar novio, un chico en el que sabía que podía confiar y que no me haría lo que me hizo Gabriel. Un chico que no era mi primo, ni mi mejor amigo, por tanto no era un amor imposible. Un chico, el único con el que debía estar, aunque una parte de mi corazón se negase, mi cabeza era lo que pensaba y en ese momento no podía dejarme llevar por el corazón. Lo tenía destrozado.

Toni se fue al caer la noche, no cené, no tenía apenas apetito. Me tumbé en la cama con la foto de Dani entre mis manos y lloré, lloré por no poder decirle al mundo que no era nadie sin Dani. Lloré por todos esos momentos que pasamos juntos a lo largo de nuestra corta vida. Lloré porque no pasaría más momentos buenos con él en cinco años. Lloré porque no quería que al irse y estar tan lejos de mí me olvidase. Lloré porque tenía miedo de perderle para siempre.

Me quedé profundamente dormida, en una almohada mojada por mis lágrimas. No soñé esa noche, todo era blanco, neutro. Mi cabeza solo necesitaba despejarse un poco y lo consiguió.
Me desperté sobresaltada por un ruido en mi ventana, me levanté de la cama y me asomé. Fuera estaba Gabriel, ¿Qué hacía él allí?

- ¿Qué haces?
- Baja, por favor, necesito hablar contigo.
- Pero ¿tu has visto la hora qué es?
- Sí, y siento haberte despertado, en serio, pero necesito que hablemos de algo.- no parecía borracho y eso en parte me dio algo de seguridad, lo que no entendía era tanto misterio a las tantas de la madrugada. Bajé con mucho sigilo en pijama y salí dejando la puerta entreabierta. Fue él quién se acercó a mí.
- Aurora, me han dicho que te vas a Madrid ¿es cierto?
- Sí, me ha surgido un problema y tengo que irme. Me voy en unas horas.- me miró a los ojos.
- Quiero pedirte perdón por todo lo que te dije el otro día.
- A buenas horas.
- Ya lo sé. Me pasé tres pueblos, por eso te pido perdón, porque cometí un error.
- Sigo sin entender que e he hecho yo para que me tratases así.
- Estaba muy celoso de Toni. Como ya te dije, te sigo queriendo como el primer día que te vi. Sigo igual de enamorado de ti. No te puedo sacar de mi cabeza ni un minuto.
- Gabriel, yo si te he olvidado. Yo ya no te quiero como novio, ya no te quiero como antes.
- Lo sé, pero al menos dame la oportunidad de ser tu amigo.
- No se si podré, me hiciste mucho daño.
- Por favor, Aurora. Te prometo que no volveré a dañarte. Además si somos amigos todo puede ir mejor entre Toni y yo, mataríamos dos pájaros de un tiro.
- Vale, Gabriel. Pero lo hago por mi novio.- agachó la cabeza.
- Entiendo. Te dejo dormir, tienes que descansar para el viaje de mañana.
- Sí. Adiós Gabriel.
- No te lo he dicho nunca, pero puedes llamarme Gaby.
- Pues adiós Gaby.- le di un beso en la mejilla.
- Que vaya bien el viaje. Descansa. Adiós Aurora.- y se fue.


Me metí de nuevo en casa, cerré la puerta con llave y volví a mi habitación.
Me tumbé en la cama y miré al techo. Justo antes de dormirme pensé en Gabriel, ahora éramos amigos y no sabía cómo terminaría esa “supuesta” amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario