solsticio de verano

solsticio de verano

domingo, 4 de abril de 2010

SOLSTICIO DE VERANO 68

CAPÍTULO 68. LO MÁXIMO POSIBLE.



Cogí el teléfono, intrigada por quién sería la persona que me llamaba con número privado.
- ¿si?
- Aurora, soy Fer.- me quedé un poco sorprendida, no me esperaba que él me llamase.
- ¡Hola, Fer! ¿qué tal estás?
- Bien, gracias ¿y tu?
- Muy bien.- mentí, no quería preocuparle, ya tenía yo bastante.- ¿cómo es que me llamas con número privado?
- Se me ha roto el móvil y tenía ganas de hablar contigo.- contestó.
- ¿te llegó mi sms?- estaba un poco perdida.
- No, seguramente lo enviaste cuando ya estaba el móvil roto. ¿Ponía algo importante?- mierda, ahora tendría que decírselo a la cara. Sabía que me iba a costar, porque sabía que Fer sentía algo por mí, no quería lastimarle. Pero tampoco podía dejar que se hiciese falsas esperanzas.
- ¿podemos quedar? Así te lo digo en persona y nos vemos.
- Me parece genial. ¿en el parque de al lado de tu casa en media hora?
- Mejor en una hora, acabo de volver de viaje y tengo que deshacer la maleta.- se me acababa de ocurrir una idea. Llamaría a Cata, ya que no había venido a mi pueblo por asuntos familiares, y les presentaría. Estaba segura de que se gustarían y así me sería más fácil sincerarme con Fer.- por cierto, Fer, voy a llevar a una amiga si no te importa.
- No, tranquila mi primo también iba a venir. Es el que me dejó la moto, el de la novia.
- Sí, ya me acuerdo de él, bueno de lo que me dijiste de él.- reí.
- ¡ Qué memoria!
- Para que veas. Nos vemos en una hora. Adiós.- y colgué. Tenía que prepararme, llamar a Cata y obligarla prácticamente a venir al encuentro. Demasiado para una chica de quince años que está destrozada por su mejor amigo.


Pensé de nuevo en Dani, pero en esos momentos no podía ponerme así, tenía que llamar a Cata. Cogí el móvil y busqué en la agenda su número.

- ¿diga?- Cata habló.
- Catita, hello.
- ¡Auro! ¿cómo es eso de que me llamas?
- Que no te parezca tan raro, que ya sé que últimamente estoy muy ocupada y estresada y eso, pero me acuerdo de ti. Que amiga más maja tengo eh! Nada más hablar contigo me preguntas que por qué te llamo. Ya te vale. ¿qué pasa que no puedo hablar con una de mis mejores amigas?
- ¡Uy! ¡Demasiado pelotismo veo por aquí!
- ¿pelotismo? Te acabas de inventar esa palabra ¿verdad?
- Sí y ¡mola! Que quieres que te diga ya sabes que yo soy así.
- Lo sé. Quería pedirte algo que te va a encantar.
- ¿ves? No si ya lo sabía yo, tantos cumplidos salidos de la boca de Aurora Jiménez García, no eran por alagar a su querida amiga Cata.
- ¡Pero que te estoy diciendo que te va a gustar! Te voy a presentar a un chico, 18 años, guapo, rubio, ojazos, soltero y al que por desgracia voy a tener que decir que solo quiero ser su amiga.
- ¿cuándo y a qué hora quedamos?- no pude contener la risa. Me sorprendía a mí misma lo bien que conocía a Cata. Era como un cofre abierto, sin secretos.
- En una hora en el parque de enfrente de mi casa. Ponte guapa. Un beso.
- ¿sabes que eres la mejor? Allí estaré. ¡Un beso!- y colgó.

Lo había conseguido, mi plan tenía la certeza de que saldría bien. Fer y Cata se verían, hablarían, se conocerían y se enamorarían. Tenía que ser así. Y cuando ya no me necesitasen, me iría a ver a Dani, la razón por la que volvía a estar en Madrid.

Me arreglé, no demasiado, pero si lo suficiente para causarle una buena impresión a Dani cuando le viese.
Me asomé a la habitación de mi hermana y vi a Guille durmiendo en la cama, rodeado de peluches. Parecía un niño pequeño, con cuerpo de hombre. Estaba realmente guapo.

La hora estaba a punto de pasar, cogí el bolso, las llaves y le escribí una nota a Guille en un posit.
“ ¡dormilón! Cuando despiertes y no me veas no te asustes, he salido a ver a Dani. Te pido una cosa, sal rápido de casa, no quiero que mi madre te monte un pollo al verte. Luego me llamas y nos vemos si quieres. No se te olvide cerrar con dos vueltas la puerta. ¡Un besito! Tu primi Auro. :P”

Estaba segura de que cuando la leyese sonreiría y eso me hacía sonreír a mí también.
Le dejé una llave de la puerta de la casa, para que luego cerrase y me fui.
Bajé por las escaleras, porque el ascensor estaba ya ocupado y yo tenía bastante prisa.
Abrí el portal y anduve, esta vez más despacio hacia el parque en el que habíamos quedado. Estaba segura de que Fer y su primo ya me esperaban, lo que no sabía era si Cata habría llegado ya.
Crucé la esquina y me adentré en el parque, donde efectivamente, tal como yo había previsto, me esperaba Fer con un chico a su lado, su primo, supuse. Era un chico alto, aunque no demasiado, Fer le sacaba al menos una cabeza. Parecía fuerte, era castaño claro, con ojos marrones y una sonrisa muy parecida a la de su primo. Tenía que reconocer que tenía bastante atractivo.
Me acerqué a ellos y le di dos besos a Fer. Él me presentó a su primo, se llamaba Roberto y al parecer tenía solo un año más que yo, aunque aparentase al menos tres más.
Estuvimos hablando un rato, pero no demasiado, Cata llegó más pronto de lo que esperaba.
Cuando Fer vio a Cata, la cual iba bastante guapa, tal como le había dicho, se quedó algo más que asombrado. Mi plan estaba surgiendo efecto.
Les presenté y empezaron a hablar. Cogí a Roberto del brazo y los dejamos solos. Ni siquiera había podido decirle a Fer nada de lo que tenía pensado decirle, pero quizás eso era lo mejor.
Le conté a Roberto todo lo que tenía pensado de juntarlos y aceptó a ayudarme. Era bastante simpático, me caía bien.
Miré a Fer y Cata, habían pasado ya a la fase de conocerse y eso era buenísimo. De ahí saldría una pareja. Roberto los miró también y sonrió, después me miró a mí.

- Estas hecha toda una celestina.
- Por mis amigos hago todo lo que esté en mi mano.
- Eres una gran persona.
- Gracias, tu también lo eres.- le miré y sonreí. Parecía que nos conocíamos desde hacía tiempo. Y tenía el presentimiento de que con Roberto había nacido una bonita amistad.

Nos fuimos del parque, dejándoles completamente solos. Roberto me llevó en su moto a casa de Dani y al despedirnos le di un beso en la mejilla, al cual me correspondió con otro.
Le dije adiós con la mano al irse con la moto y me giré para mirar la casa de Dani, era un chalet, no excesivamente grande, pero sí muy bonito.
Miré con más detenimiento a la puerta de entrada. Tras esa puerta se encontraba mi mejor amigo, destrozado por su repentino viaje a Londres durante tanto tiempo. Tenía que apoyarle en todo lo que pudiera, para eso estaba.
Di un paso al frente y cogí aire. Llamé a la puerta. Había vuelto a Madrid tan de repente por un solo motivo, Dani. Sabía que él era mi mejor amigo y que tenía que pasar con él sus últimos días aquí. Disfrutando lo máximo posible.

3 comentarios:

  1. Jooo :S
    que penaaa, pero por lo menos no le ha partido el corazon a Fer. Y encima le ha conseguido una supuesta novia xD
    Me encanta tu historia ^^
    Un besitoo

    ResponderEliminar
  2. si!:) muchas gracias! me alegra que te guste!
    un beso!

    ResponderEliminar
  3. Está genial tu historia!!
    Desde que empecé a leerla no he podido dejar de seguirla.
    Sigue así!!
    Un beso guapa!

    ResponderEliminar